Por Qué Procrastinas y Cómo conseguir Hacer las Cosas sin dejarlas para «mañana». La respuesta es más sencilla de lo que piensas…👇🏻👇🏻
Por Qué Procrastinas y ¡Cómo Empezar a Hacer las Cosas!
Nadie es inmune a la procrastinación, por tanto, lo importante es saber cómo gestionarla.
Existe una manera muy sencilla de «engañar» a tu cerebro para ayudarte a superar esa inercia de pereza o desánimo inicial que sientes cuando te enfrentas a tareas difíciles o tediosas.
En este video te explico en qué consiste la Regla de los 5 Minutos, por qué funciona y cómo puedes usarla para empezar con motivación todas esas tareas que están evitando hacer o posponiendo una día tras otro.
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Transcripción del Video:
«Por Qué Procrastinas y ¡Cómo Empezar a Hacer las Cosas!«
No importa si eres productivo o no. Si eres una persona disciplinada o no.
A todos nos resulta difícil encontrar la voluntad para empezar un gran proyecto, superar la pereza para ser constante con un nuevo hábito o hacer frente a una interminable lista de tareas pendientes.
La Procrastinación es el arte de dejar para mañana lo que podrías hacer hoy. Y contrariamente a lo que puedas pensar, nadie es inmune a ella, hasta las personas más constantes y disciplinadas han tenido que buscar maneras de poder sacar adelante sus tareas a pesar de sus propias ganas de procrastinar.
Introducción
Por tanto, lo primero que quiero aclararte en este video es que no existe tal cosa como una persona “no procrastinadora”, todos somos procrastinadores por naturaleza. Lo único que nos diferencia los unos de los otros, es cómo le hacemos frente.
Por eso, en este video quiero compartir contigo una sencilla técnica para superar ese momento inicial de pereza que casi todos sentimos cuando le damos vueltas a la idea de iniciar una nueva tarea que nos resulta aburrida, tediosa o complicada.
Esta técnica se llama: La Regla de los 5 Minutos, y hoy voy a explicarte cómo funciona y cómo puedes usarla para, por fin, hacer lo que tienes que hacer para cambiar tu vida y ser más feliz.
1. Como funciona la procrastinación y Por Qué Procrastinas
Pero, antes de nada, es importante que entiendas cómo funciona la procrastinación y por qué somos seres procrastinadores por naturaleza.
En nuestro cerebro se encuentra el SISTEMA LÍMBICO, que es, por así decirlo, nuestro cerebro primitivo, y sus funciones son las mismas que para el resto de animales: se encarga de tomar decisiones por medio del instinto. Por tanto, es una parte del cerebro que toma decisiones de forma impulsiva, y que es muy excitable por los 5 sentidos: vista, oído, tacto, olfato y gusto.
El Sistema Límbico
Si por ejemplo olemos a lo lejos un aroma que nos resulta delicioso, o viendo la televisión vemos el anuncio de un alimento visiblemente muy atractivo, lo más seguro es que se active nuestro sistema límbico y de pronto tengamos unas ganas enormes de llevarnos esa atractiva comida a la boca, incluso aunque sepamos que ese bocado no será bueno para nosotros.
El punto aquí es que ese sistema límbico actúa a un ritmo rapidísimo, mucho más rápido que la propia conciencia y por eso es el centro donde se producen los “antojos”, muchas de nuestras malas decisiones y la procrastinación.
La Corteza PreFrontal
Sin embargo, no todo está perdido porque nuestra maravillosa especie: homo sapiens sapiens, cuenta también con otra parte del cerebro mucho más avanzada, que se llama CORTEZA PREFRONTAL. Este es el lugar en el que reside la razón, la lógica y la conciencia. Aquí es donde surge la planificación, la visión de futuro, los conceptos abstractos y las metas a largo plazo.
Es con esta parte del cerebro, por tanto, que tomamos decisiones mucho más sopesadas, atendiendo a la razón y a lo que es mejor para nosotros a largo plazo. Sin embargo, el problema es que este sistema es mucho más lento y demanda una cantidad mayor de energía y esfuerzo por nuestra parte.
Así que, si eres una persona que no tiene la costumbre de auto-observarse y de auto-cuestionarse sus propios impulsos, vas a ser presa de tu cerebro más primitivo, dejándote llevar constantemente por lo que llamamos: la gratificación a corto plazo. Este es el por qué procrastinas.
Y ojo, porque esto era muy válido en términos de supervivencia, hace miles de años, cuando lo que nos urgía y lo que era importante para nosotros, coincidía. Por ejemplo, en la prehistoria cuando un individuo tenía hambre, salía a cazar o recolectar para así saciar inmediatamente su necesidad de comer y poder sobrevivir. Así pues, en los albores de la humanidad lo importante y lo urgente, coincidía.
Sin embargo, hoy, miles de años después, las reglas del juego han cambiado. Porque para conseguir nuestras metas debemos llevar a cabo proyectos y planes cuya conclusión puede tardar semanas, meses o años. Es decir, que lo importante ya no coincide con lo urgente, ni por tanto, con la gratificación instantánea.
El Gran Problema
Pero seguimos teniendo un cerebro primitivo que busca constantemente esa gratificación a corto plazo como instinto de supervivencia. Esto nos hace, tomar muy malas decisiones y entrar en bucles de procrastinación constantemente. Este es el por qué procrastinas.
Este mecanismo es bien conocido por las grandes corporaciones de, por ejemplo, el sector alimentario que fabrican alimentos de rápido consumo. Tanto el fast food, como los alimentos ultra procesados, nos garantizan gratificación instantánea. No tenemos que esperar 2 horas para preparar esa comida, ya viene lista para su consumo inmediato. Y por tanto, es un tipo de comida que excita sobremanera a nuestro sistema límbico.
Así pues, si no empezamos a hacer un mejor uso de nuestra evolucionada corteza prefrontal y por tanto, de nuestra lógica y de nuestra razón, seremos presas para siempre de todos aquellas personas y corporaciones que sepan cómo excitar nuestro sistema límbico. (¡Y son unos cuantos!)
Procrastinadores por Naturaleza
Pero, volvamos al tema que nos ocupa. Somos procrastinadores por naturaleza porque nuestra motivación natural no concuerda con el largo plazo, y por ello podemos decir que la procrastinación creció conforme la civilización avanzaba. El resultado es que debemos afrontar preocupaciones y oportunidades a largo plazo con una mente que por naturaleza responde a la gratificación a corto plazo.
Esta es la razón que hace que, aunque sepas que iniciar ahora tu proyecto de emprendimiento sería genial para ti y tu futuro, no lo hagas porque sabes que te llevará meses o años, hacer que tu negocio funcione.
También es la razón que explica porque nunca empiezas a escribir esa novela que hace tiempo ronda en tu cabeza. O lleves meses procrastinando iniciar un nuevo hábito que sabes no te proporcionará resultados visibles hasta pasados unos meses.
En resumen, tu procrastinación no es culpa tuya pero, si es tu responsabilidad aprender a lidiar con ella.
2. Cómo motivarte a hacer las cosas
Veamos ahora pues, cómo puedes motivarte a ti mismo a realizar tareas, cuya gratificación se encuentra en el futuro a medio-largo plazo.
Lo más importante, es que seas muy consciente de cómo funciona tu cerebro más primitivo y te anticipes a él en cada momento de cada día.
Con lo explicado hasta ahora, ya sabes que siempre que te propongas realizar tareas tediosas, incómodas o difíciles, es decir, tareas que aplacen la gratificación para después, tu cerebro límbico se sentirá incómodo, ansioso, y muy poco motivado. Este es el por qué procrastinas.
En milésimas de segundos, porque recuerda que es muy veloz, mucho más que tu conciencia o razonamiento lógico, encontrará excusas y alternativas para no hacer esas tareas que son, seguramente muy importantes para ti y tu futuro, pero no urgentes ni gratificantes de forma instantánea.
Eso significa que, lo que NO debes hacer es caer en lo que se llama la Parálisis por el Análisis.
Te pongo un ejemplo, imagina que en esa planificación diaria que hiciste usando tu cerebro mas evolucionado, pone que te toca ahora escribir el primer capítulo de tu novela. O iniciar tu hábito de correr por las mañanas. O empezar ese proyecto que llevas meses procrastinando.
¿Qué crees que va a ocurrir en ese momento?
Lo más probable es que empieces a pensar en lo grande y tedioso de esa tarea. En el esfuerzo que te va a suponer, en la incomodidad que te va a generar, en el enorme tiempo que vas a tener que dedicarle. Lo que se traduce en que la gratificación se verá pospuesta a un plazo muy muy muy largo.
Hasta que no pasen unos meses no te verás con mayor forma física. Hasta que no termines tu novela dentro de unos meses, o tu proyecto dentro de un año, no verás tu sueño cumplido.
Es el largo plazo, así como la idea de esfuerzo, lo que te incomoda. Es lo que hace que tu motivación natural decaiga. Y que tu cerebro te lleve a encontrar excusas de por qué no deberías hacer eso tan importante, o dejarlo para “mañana”. Este es el por qué procrastinas.
Y también es lo que hace que entres en la parálisis por el análisis y empieces a preguntarte cosas como:
- ¿de verdad quiero mejor mi salud física? Igual no es para tanto, ya estoy bien como estoy, bla, bla, bla. O ¿de verdad es necesario que escriba esa novela? O bien, ¿Al fin y al cabo para qué quiero yo emprender o hacer ese proyecto, si total estoy bien como estoy?!
La cuestión aquí es que si no tomas conciencia de que, ese diálogo es tu mecanismo de supervivencia en acción que lo único que busca es la gratificación a corto plazo, y que no tiene visión de futuro… ¡estás al horno!
Entonces, ¿cómo salir de aquí?
La respuesta es tan sencilla que puede hasta ser algo insultante 😉
3. Negocia con tu cerebro primitivo: Usa la regla de los 5 minutos.
Cuando tengas una gran tarea por delante, asegúrate de empezarla concretando una acción que no te lleve más de 5 minutos realizar.
De esa manera, tu cerebro más primitivo no te pondrá objeciones ya que la gratificación será inmediata. En 5 minutos podrás ponerte con otra cosa y tener ya tu primera tarea realizada, lo cual te hará sentir gratificación casi instantánea porque podrás, por un lado sentirte orgulloso por haberte puesto por fin con la tarea, y por otro lado, podrás dejar atrás ese agobio del principio de pensar en todo el proyecto, enfocarte solo en lo que estás haciendo ahora, y sentirte de nuevo cómodo y relajado. (Que es lo que tu sistema límbico más desea).
Por ejemplo, si lo que quieres es empezar un nuevo proyecto que te llevará meses terminar, y ves que empiezas a encontrar excusas para no hacerlo.
1º: Toma conciencia de ello,
2º: Para ese diálogo mental y sustitúyelo por una sencilla pregunta:
– ¿Qué primera tarea de solo 5 minutos podría hacer para al menos empezar y no dejarlo de nuevo para mañana?
Para el caso de la novela siguiendo con el ejemplo, podrías responder con: Humm, bueno puedo al menos abrir un documento de Word y escribir palabras e ideas que tengan que ver con lo que quiero escribir en el primer capítulo. Ok, pues en los próximos 5 minutos solo voy a abrir el documento, ponerle nombre, y empezar a escribir ideas sueltas y palabras del primer capítulo.
3º: Una vez lo tengas bien definido, toma tu móvil, abre tu app de temporizador, y setéalo a 5 minutos. Inicia esa cuenta atrás y ponte con la tarea.
Y recuerda, una vez pasen los 5 minutos, eres libre de pasar a hacer otra cosa.
4. ¿Funcionará?
Pero Sandra, ¿cómo voy a lograr mi gran proyecto de escribir una novela o ponerme en forma con tan solo 5 minutos?
Bueno, aquí viene la “magia” de esta técnica. La mayoría de las veces, una vez empieces la tarea y permanezcas en ella concentrado por al menos 5 minutos, lo más probable es que toda la fricción que sentías al principio acerca de esa tarea haya disminuido o incluso desparecido. Lo que hará que a menudo permanezcas haciendo la misma tarea por mucho más tiempo y avances a buen ritmo hacia tu gran objetivo.
Y es que, a nuestro cerebro en realidad no le importa el trabajo duro, sobre todo si tiene que ver con esas metas que pueden mejorarnos mucho la vida. Porque a nuestro cerebro también le encanta resolver problemas, sentirse útil, terminar cosas. Lo único que no nos gusta es “la idea” del trabajo duro. Pero una vez lo iniciamos, muchas veces entramos en una especie de estado de flujo que nos lleva a seguir trabajando y perseverando durante horas.
Cuantas veces te habrá pasado ya de, costarte horrores ponerte con alguna tarea, procrastinarla durante semanas y semanas, y al final una vez se te acabó el plazo para cumplirla, te pusiste a ello apresuradamente y al terminar te dijiste a ti mismo:
- “Bah, al final no era para tanto, si lo llego a saber lo hubiera hecho antes y me hubiera ahorrado semanas de sentirme mal conmigo mismo por estar posponiéndola una y otra vez”.
¿Cuantas veces nos habrá pasado esto? Miles!
Y esto demuestra que, lo que nos hace procrastinar es darle vueltas a la idea de empezar. Darle vueltas a la idea de que no veremos resultados, al menos en mucho tiempo. Darle vueltas a la idea de que es mucho esfuerzo, que es muy duro o muy difícil.
Conclusión
Entonces, procrastinamos cuando pensamos en grande o a largo plazo, y pasamos a la acción cuando pensamos en pequeño y a corto plazo.
A ti qué te daría más pereza: ¿pensar en salir a entrenar para correr una maratón de 25 km, o pensar en salir a correr solo 5 minutos?
Qué te motiva más: ¿pensar en ponerte a limpiar toda la casa de arriba a abajo, o simplemente ordenar tu salón durante 5 minutos?
Qué te resulta menos abrumador: ¿pensar en empezar a crear tu futuro negocio o simplemente dedicar 5 minutos a escribir algunas ideas sobre cómo podría ser tu futuro servicio?
Verás, cada vez que superes 5 minutos de tarea, sentirás que has cumplido con un nuevo logro, que has avanzado un paso más hacia tus metas y esa gratificación instantánea, te llevará a querer seguir trabajando un poco más, porque habrás pasado de sentir ansiedad y pereza a sentir orgullo y placer por estar resolviendo y mejorando tu futuro.
En Resumen
Así pues, mi consejo es: piensa en grande cuando se trata de planificar tus metas y objetivos en la vida. Y cuando te toque pasar a la acción, piensa en pequeño: setea tu temporizador a 5 minutos y empieza tu tarea.
Lo peor que puedes hacer es ponerte a darle vueltas al asunto, tu cerebro primitivo ha tenido miles de años para evolucionar, no lo vas a convencer para no procrastinar a base de análisis y diálogo mental. En lugar de ello, sé pragmático, y sé inteligente, setea tu temporizador a 5 minutos y ponte a hacer lo que tienes que hacer, para vivir la vida que quieres.
Nos vemos en el próximo video, ¡Bye Bye!
Sandra.
Soy Sandra González y quiero ayudarte a dejar atrás las dudas, la indecisión y el estancamiento en el que te encuentras.
Estás a un paso de empezar a construir tu futuro profesional y dedicarte a lo que te hace feliz de verdad. Aclárate y pon en marcha hacia tu reinvención.
Tu nueva vida está más cerca que nunca. ¿Empezamos? >>