¿El miedo a emprender te mantiene estancado? ¿Lees y vas a conferencias sobre emprendimiento pero no das ningún paso para ponerte en marcha? Lee esto.
Emprender da miedo. Es lógico que sea así, pues se trata de un desafío que pone a prueba todo lo que eres, todo lo que sabes y todas tus capacidades.
Por eso, hay mucha más gente que elige ser asalariada, aún cuando se trata de personas con muy buenas ideas y con habilidades de sobra para iniciar un negocio, que emprendedores.
¿A qué se debe esto?
Entre otros factores, al miedo a emprender.
Y aquí es cuando el desarrollo personal y la auto-ayuda en general intentan darte fórmulas para gestionar ese miedo que en realidad es inaplicable y no sirve para nada.
- Desdramatiza el asunto.
- Cree en ti.
- Piensa en positivo.
- Cambia tus creencias.
- Etc.
¿De qué te sirve hacer un «trabajo interno para creer en ti» si en realidad aún no has hecho nada para realmente creer en ti? Todo el trabajo que hagas será un esfuerzo mental para auto-engañarte y hacerte creer que crees en ti… cuando en verdad no es así.
¿Para qué pensar en positivo, si pensar en lo negativo es precisamente lo que te prepara para la realidad a la que te enfrentas cuando emprendes?
Lo que quiero decirte es que, hay un punto en que el desarrollo personal puede ayudarte en el camino a tus metas, y también hay otro punto en que ya no, porque se queda corto. La auto-ayuda no sirve para todo, y es importante saber bien hasta dónde si y hasta dónde no, para no perder demasiado el tiempo con este trabajo interno que puede llevarte fácilmente al estancamiento personal.
Así pues, llega un momento en que, si de verdad quieres emprender, tienes que olvidarte un poco del desarrollo personal y enfocarte en lo que hay que hacer para que ese emprendimiento sea una realidad.
¿Por qué tenemos miedo a emprender?
Verás, según como yo lo veo, hemos recibido años y años de formación y educación, pero en ningún momento nos han enseñado:
- a conocer los pasos necesarios para emprender,
- a saber qué hacer con nuestros miedos.
De ahí que, con solo pensar en lanzarte a iniciar tu propio proyecto te entre el miedo, la ansiedad y sobre todo una buena dosis de desvalorización: «Uff, yo no puedo, no valgo para eso«.
Dado que nos han educado a la mayoría para ser asalariados, todo lo que tenga que ver con generar ideas, darles forma, pensar en cómo convertirlas en servicios que sean útiles para los demás, etc, se nos antoja extraño e incómodo.
Es más, a muchos ni se nos pasa por la cabeza dar rienda suelta a nuestra imaginación para imaginar de qué manera podríamos dar servicio a otros con un negocio propio. Y en realidad, este es uno de los primeros pasos que se necesita dar para iniciar un emprendimiento: imaginar.
Y aquí es cuando aparecen el miedo y los bloqueos:
- «Noooo, ¿cómo yo voy a prestar un servicio y llevar un negocio? ¡Es una locura!»
- ¿yo? ¿venderme y ofrecer mis servicios? Ni de broma, qué vergüenza, ¡no valgo para eso!
Es decir, que ni te permites pensar en ello. Y en realidad la imaginación puede ser justamente el contrapunto para saber qué hacer con tus miedos.
¿Cómo superar el miedo a emprender?
Con semejante vacío de formación y educación para los negocios, los pocos que se han atrevido a dar el paso es porque, o bien habían «nacido» para ello (va con su personalidad y forma de ser), o bien porque les ha sucedido algún tipo de trauma, o presión negativa, que les ha llevado a finalmente sentir que no había otra posibilidad de futuro para ellos.
Si te fijas en ambos casos, el miedo pasa a ser secundario, frente a la ilusión o a la necesidad.
Las personas que ya nacen con un personalidad emprendedora, tienen un empuje interno (ilusión) que les lleva a pasar más tiempo pensando en realizar sus ideas que en el miedo a emprender. Es una fuerza interna que les arrasa y les lleva a ser audaces.
Y en el caso de las personas que emprenden por presión negativa, es decir, porque de pronto se quedaron sin trabajo, llevan tiempo sin ser contratados, y necesitan urgentemente generarse ingresos, acaban por atreverse a dar el paso. Se atreven porque es mayor la urgencia por salir adelante (necesidad) que el miedo a que todo pueda ir mal (al fin y al cabo ya han tocado fondo, y desde ahí el miedo es mucho menor porque no hay nada que perder).
Pero, ¿qué pasa con el resto de seres humanos que quieren emprender y su miedo les bloquea? ¿puedes tú también convertirte en una persona emprendedora?
Veamos qué puedes hacer, basándote en lo que hemos visto en los ejemplos anteriores:
1. IMAGINA.
Imaginar no comporta riesgos. Como mucho puede llegar a relajarte, ayudarte a desconectar de tu, quizás, aburrida o desquiciante realidad. Así pues, creo que no sólo es positivo para la salud mental sino que además:
- te lleva a madurar tus ideas acerca de qué podrías ofrecer como servicios,
- te ayuda a ponerte en la situación de iniciar tu proyecto, lo cual activa tu mente y te lleva a hacerte preguntas, a investigar cosas que aún no sabes pero que podrías necesitar si finalmente tomas la decisión de emprender,
- aumenta tu motivación para el cambio, ya que al imaginarte otra posibilidad de vida, las ganas y el deseo crecen, y esto es justo lo que necesitarás para actuar a pesar de tus miedos.
Esto es lo que les pasa a las personas audaces o emprendedoras por naturaleza. Su propia naturaleza les lleva a estar más tiempo imaginando y visualizando sus metas, que dándole vueltas a sus miedos.
Al final lo podríamos resumir en una ecuación:
Ilusión – Miedo => Motivación al Cambio
Cuanto mayor es la ilusión, el deseo, lo feliz que te hace imaginar tu proyecto, menos efecto «bloqueo» podrá hacerte tu miedo a emprender. Por tanto, en lugar de enfocarte en minimizar tus miedos, enfócate en hacer crecer tu deseo. Imagina.
2. RESTRINGE TU NIVEL DE TOLERANCIA.
Hay otro factor importante que se podría añadir a la ecuación anterior, la Necesidad.
(Ilusión + Necesidad) – Miedo = Motivación al Cambio
Hay personas que, a pesar de no estar del todo a gusto en su vida y su trabajo actual, no sienten la necesidad de cambio.
Otras, sin embargo, se atreverán a emprender no sólo porque se han permitido darle vueltas a la idea de emprender (imaginar y madurar su idea), sino porque además «lo necesitan», ya que no soportan más o no quieren tolerar más, la dinámica de su vida actual.
Cuanto más incómodo te encuentres en tu trabajo en este momento, mejor para tu proyecto de emprendimiento 😉
A mi personalmente, lo que me llevó a dar el paso y enfrentarme a mis miedos, no fue ni mi espíritu emprendedor, ni mi ilusión por tener un proyecto propio, sino más bien el hecho de que no quería permitirme el «lujo» de tolerar ni un minuto más, el vivir una vida profesional sin sentido ni significado para mi.
Piensa en ello, ¿estás dispuesto a llegar a la edad de jubilación siendo un infeliz en tu trabajo?
Medita bien tu respuesta.
Imagina pasarte los próximos 20 años haciendo algo que no te aporta, que quizás hasta odies, o que simplemente te aburra muchísimo y con lo que no te sientas identificado.
¿Cómo te sentirás cuando llegues al ocaso de tu vida y veas que has desperdiciado tantos años, simplemente por miedo?
Imagina.
Ponte en situación y tu necesidad de cambio crecerá hasta ponerse por encima de tus miedos. Te lo digo por experiencia propia.
3. APRENDE A VIVIR CON MIEDO.
Siempre sentirás miedo. Nunca dejarás de sentirlo. El miedo es una emoción que al igual que la tristeza o la alegría forma parte de nosotros y tiene su función.
Por tanto, pretender no sentir miedo es como pretender dejar de vivir, sólo entonces, desaparecerá.
Así pues, se trata de madurar y de comprender que la vida está para «usarla». Y que el miedo te acompañará siempre que te enfrentes a lo desconocido o a los desafíos.
La cuestión no es tratar de vivir sin miedo, esto es una estupidez de las grandes.
La cuestión es tratar de aprender a vivir con el miedo, entendiendo su función, comprendiendo que está ahí para prepararte ante los posibles peligros, no para bloquearte.
El miedo sirve para maximizar tus posibilidades de estar a salvo, no para estancarte en la desidia y la apatía.
Se trata de que, poco a poco, y en un entorno con poco riesgo, te animes a dar los primeros pasos hacia tu meta de emprender. Con cada paso dado y los resultados que le acompañen tu confianza crecerá, y tu resistencia a pasar miedo menguará.
En realidad, no hay ningún riesgo en crear un plan de emprendimiento.
Haz un plan, o busca a alguien que te enseñe a diseñar un plan para emprender.
Empieza por ahí, sin riesgo, y verás como el miedo con cada paso que des será cada vez menos terrorífico.
Empezarás a normalizar la idea de emprender, ya no lo verás como un gran monstruo que te va a comer, sino como algo que simplemente hay que ir haciendo paso a paso y con un buena estrategia.
Conclusión
Al final de lo que se trata es de dejar de perder el tiempo tratando de «trabajarte el miedo» o «trabajándote tus creencias».
De lo que se trata es de que:
- te inspires a través de personas que ya lo hayan conseguido. Ábrete a comprobar que es algo posible, que es algo realizable, observa cómo gente como tú ya lo está haciendo.
- imagines cómo podría ser tu vida si iniciases tu propio proyecto y llevases a cabo tu idea de negocio. Haz crecer tu deseo permitiéndote soñar y pesando en el máximo de detalles posible.
- reflexiones sobre cómo será tu vida en unos años si no tomas esta decisión de emprender, ahora. ¿vas a tolerar y a darte permiso para vivir una vida sin sentido ni significado?
- hagas un primer plan, pero uno bueno, uno de verdad. Guiado por un experto en emprendimiento que te anticipe qué vas a necesitar, qué pasos deberías dar al principio, qué estrategia deberías seguir. Deja de leer sobre el tema y ponte al tema. Crea tu plan de emprendimiento. Define en un papel cómo sería tu servicio, cómo sería tu cliente, cómo sería tu web, etc.
- des algunos pasos, que no comporten riesgo para ti. Por ejemplo, una vez creado tu plan podrías empezar tu web. Esto no supone ningún peligro, y es una muy buena manera de normalizar en tu cabeza la idea de que emprender no tiene por qué ser algo «imposible» o «terrorífico».
Recuerda, el miedo solo se irá en la medida que conviertas en conocido lo desconocido y te prepares para el futuro con un plan y estrategia.
Así pues, la manera de empezar, a pesar del miedo, es focalizándote en tu idea primero, y empezando a dar los primeros pasitos (con el menor riesgo posible) hacia tu meta.
Y no te olvides que, tener un mentor que te guíe y acompañe en este camino es la mejor manera de empezar con el menor riesgo posible.
Y tú, ¿qué opinas de todo esto? ¿te animas a empezar?
Te leo en la sección de comentarios 🙂
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Un abrazo!
Sandra.
6 Comentarios
Hola Sandra, Eres la primera persona que leo y que logra explicar muy bien ese concepto de «Necesidad» de intentar hacer algo con significado en tu vida; Yo también me he hecho esa pregunta, en como se puede pasar tanto tiempo en un trabajo infeliz y no «Sentir» nada por dentro, ni siquiera un cosquilleo que te moleste y te impulse a hacer algo mayor?. Por lo general si explicas esto las personas tienden a verlo como que no eres alguien «agradecido» o «eres inconforme», cuando en realidad tu desearías poder sentir un disfrute en un trabajo estable, pero por mas que lo intentes no puedes, porque esta esa espina adentro, esa espina que te dice «debo cumplir mis sueños a pesar del miedo (Aunque seguimos luchando con el)». – Saludos me encantan tus posts!
Hola Daniel,
Si! Cada vez nos vamos a encontrar con más gente que desea perseguir sus sueños, ya no somos una especia rara, créeme, hay muchas personas buscando ahora mismo la manera de alcanzar sus propias grandes metas.
Ánimos con las tuyas, y espero que todo te vaya muy muy bien!
Un gran abrazo!
Hola Sandra, como siempre muy buenos y finos puntos que detonan la toma de acción, te envío bendiciones
Muchas gracias Juan Pedro, un gran abrazo!
Hola Sandra,
Estoy totalmente de acuerdo con las reflexiones que haces en tu post semanal. Sin duda, llevar a cabo un proyecto de emprendimiento es absolutamente desafiante, porque te pones a prueba en todos los sentidos. Yo vengo trabajando como profesional independiente desde hace años, pero cada vez veo más claro que no me gustaría hacer lo que hago hasta que me jubile, como dices en tu artículo. Y menos tener que hacerme según qué preguntas dentro de 20 años, y no saber que contestar. No quiero esperar a que pasen esos años. A pesar que ya tengo experiencia como profesional independiente, siento igualmente todos esos miedos e inseguridades que supone emprender sobre algo que no has hecho nunca antes. que es nuevo y que te saca de tu zona de confort. Estoy en pleno inicio de mi proyecto de la mano de tu programa de emprendimiento y tengo plena confianza en que estoy en las mejores manos para poder conseguir mis objetivos.
Enhorabuena por el artículo.
Saludos.
Mucho ánimo Franc!!!
Gracias por tu comentario 🙂