Hoy quiero hablarte de cuáles son los 5 hábitos anti estrés, que te ayudarán a reducir tu estrés y tu ansiedad, para vivir una vida más relajada y feliz👇🏻👇🏻
CÓMO REDUCIR TU ESTRÉS | 5 Hábitos Anti Estrés
Agobio, estrés, ansiedad. Vivimos en un mundo que avanza a una velocidad vertiginosa. Y no siempre somos capaces de adaptarnos a lo que sucede en nuestra realidad de imprevistos, desafíos y conflictos, lo cual nos lleva a sufrir de estrés casi crónico y sentirnos mal con nosotros mismos.
Lo primero que necesitas recordar para saber cómo mejorar tus niveles de estrés, es que el estrés es algo positivo. Es decir, es un mecanismo natural que ayuda a los seres vivos a ADAPTARSE, y quédate con esta palabra porque es CLAVE. Adaptarse a situaciones cambiantes que tienen el potencial de poner en peligro la supervivencia.
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CÓMO REDUCIR TU ESTRÉS | 5 Hábitos Anti Estrés
El estrés tiene una función muy importante para LA ADAPTACIÓN en entornos cambiantes. Y éste es el punto que debes entender para poder empezar a gestionar mejor tus estados y etapas de mucho estrés en tu vida.
Cuando en la naturaleza un animal está en peligro, necesita salir de su estado de relajación, para poder poner todo de su parte y a través de la lucha o la huida, adaptarse a esa situación de peligro y poder sobrevivir. Por eso, ante un peligro, nuestro corazón se acelera, nuestra ritmo respiratorio también, porque el cuerpo empieza a segregar hormonas que nos van a estresar para que dejemos de estar relajados y pasemos a estar en la mejores condiciones para adaptarnos y sobrevivir a esa situación de peligro.
Si bien es cierto, nuestra especie ya no vive en la sabana, y ya no necesitamos estar alerta para huir de depredadores, si seguimos necesitando el estrés. Porque sin éste, no podríamos adaptarnos a los cambios, a los desafíos y a las situaciones difíciles que aparecen continuamente en nuestra vidas.
INTRODUCCIÓN
Imagina que te ascienden en el trabajo y de pronto tienes que empezar a hacer tareas que desconoces o que aún no manejas bien. Lo obvio es estar algo estresado, y no estar relajado, sin prestar atención a eso nuevo que haces, o sin hacer un esfuerzo extra de aprendizaje. En ese momento de ADAPTACIÓN a tu nuevo puesto, necesitas estar estresado hasta que te acostumbres al nuevo puesto.
Vamos a poner otro ejemplo, imagina que de pronto decides hacer una reforma en tu casa, y claro el primer día de reforma, entran los obreros en tu casa y te la ponen patas arriba. Para poder adaptarte a esa situación ¿qué necesitas? Estresarte. Estresarte un poquito o un muchito. Todo va a depender de TU CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN.
Pongamos otro ejemplo, de pronto tu empresa o tu familia deciden trasladarse a otro continente. Y para ello, de nuevo, vas a tener que pasar por un proceso de adaptación, ¿verdad? Entonces, qué te va a pasar, vas a estar relajado, ante una nueva ciudad, un nuevo apartamento, un nuevo idioma, un nuevo trabajo, un nuevo estilo de vida… ¡nooooo! Necesitas adaptarte a esta nueva situación en la que te encuentras para poder después de ese proceso de adaptación volver a la calma.
RECUERDA ESTO
Una vez te has adaptado a la situación tu cuerpo vuelve solito a la calma. Tú no tienes que hacer nada, ocurre solo.
Entonces, ¿qué conclusiones puedes sacar de estos ejemplos? Que el estrés te ayuda a adaptarte a los cambios, a lo nuevo, a desafíos. Y, segunda conclusión: cuanta más capacidad de adaptación tengas, menos tiempo te durará el estrés, porque si esa es su función, una vez de adaptas, el estrés se retira solito de tu cuerpo. No necesitas meditar, no necesitas darte masajes, no necesitas ir a un spa para relajarte. Lo que necesitas es aprender a ser una persona cada vez más A-DAP-TA-BLE.
Y si no pregúntales a las gacelas que viven en la sabana y que se enfrenta a leones, hienas y guepardos todos los días, ¿necesitan ir al spa después de cada emboscada? No. Simplemente se adaptan. Cuando ven un león se estresan, corren, huyen, y una vez el peligro ha pasado vuelven solitos a un estado de calma. Es automático.
Qué nos pasa a nosotros entonces?
¿POR QUÉ ANDAMOS ESTRESADOS TODO EL DÍA?
Es una gran pregunta.
Yo opino que, sobre todo mi generación millennial, la generación Z y quizás algunas personas de la generación X también, hemos nacido y crecido en un ambiente de tanta estabilidad, y con las cosas tan fáciles, y con esta cuestión de la gratificación instantánea tan a diario, que nos hemos “olvidado” de la gran capacidad de adaptación que tenemos como animales de la Tierra y sobre todo como especie que ha logrado lo inimaginable con respecto a todas las demás.
Y eso ha hecho que se reduzca nuestra capacidad de adaptarnos a las dificultades, a los cambios, a la incertidumbre, o incluso a que las cosas no salgan como queremos. Y como nos cuesta ACEPTAR o ASUMIR ciertos cambios o cosas que aparecen en nuestra vida, y pecamos de tener, en muchos casos, una pésima gestión emocional y autocontrol de nuestro locus interno, es decir, una pésima autoconciencia y autoconocimiento de nosotros mismos, pues nos vemos sobrepasados constantemente.
Entonces, para mi, hablar de hábitos anti-estrés tienen más bien que ver, con hablar de hábitos de gestión emocional, más que de rutinas de relajación o de tomar menos café, porque es en la gestión emocional dónde normalmente más solemos fallar y dónde reside la raíz verdadera del problema. Por eso, ahí van 5 hábitos que te van a ayudar a gestionar tu estrés de manera más inteligente y sobre todo más eficaz.
1. Lleva un diario de tus emociones para tener más AutoConciencia
Entonces, el primer hábito que te recomiendo que empieces a incorporar en tu día a día es que seas más consciente de tus episodios o etapas de estrés o ansiedad y puedas hacer un ejercicio de conciencia para recordarte a ti mismo que ese estado de estrés que tienes es debido a que no estás pudiendo adaptarte a esto que te pasa, o bien, a eso que te has propuesto hacer.
Y lo único que está pasando es que tu cuerpo se está poniendo en alerta, se está acelerando para ayudarte a conseguirlo.
Por tanto, el primer hábito antiestrés consiste en que puedas identificar tu estrés cuando empieces a notarlo (y en esto ya fallamos muchos). Y en lugar de buscar soluciones que solo son tiritas o pequeños alivios momentáneos como puede ser hacerte una tila. Ve a la raíz de ese estrés y hazte consciente de cuál es esta raíz.
Así que, primero, empecemos por lo primero. Empieza por habituarte a tener mayor auto conciencia, y para ayudarte a practicar esto al principio, lo que puedes hacer es llevar un diario emocional o diario de estrés, en el que cada día vas a responder a las siguientes preguntas ¿qué tal estoy hoy? ¿cómo me siento? y ¿qué es lo que me ha hecho o me hace sentirme así?
Esta es una muy buena y eficaz manera de empezar a conocerte mejor y de entrenar tu capacidad de desapegarte de tus emociones, para pasar de “ser una persona estresada”, a ser una persona que tiene estrés y que se ocupa de autogestionarselo.
2. Asume y Responsabilízate de tus propios Límites.
Bien, el siguiente hábito es acostumbrarte a identificar y después asumir tus propios límites. Porque la adaptación tiene todo que ver, precisamente, con los límites.
Entonces, cuando nos estresamos, normalmente lo que hacemos es ampliar nuestros límites para adaptarnos a una situación. Si por ejemplo, yo todos los días tengo un rendimiento en el trabajo de sacar x tareas en 8 horas a diario, y de pronto, llega un mes en que tengo una punta de trabajo, y necesito que esas horas me rindan el doble, obviamente que necesito estresarme para salir de mi zona de confort, aumentar el límite de mi rendimiento habitual y así poder adaptarme a todo ese trabajo que debo sacar en tiempo récord.
El problema viene, cuando yo no soy consciente de dónde está mi límite. Y por tanto, no pongo límites.
Entonces, lo natural sería: llega la punta de trabajo, me estreso, me pongo a exigirme más y a trabajar el doble en el mismo tiempo. Pero llega un momento en que me agobio, siento que el estrés me pasa factura a nivel mental, emocional y físico. Y entonces, como llevo un diario emocional, yo identifico que estoy llegando a mi límite y lo comunico a mi jefe por ejemplo.
O, como identifiqué que estoy llegando a mi límite en el trabajo, entonces cuando llego a casa, no me exijo hacer todas las tareas que hacía cuando no tenía punta de trabajo en la oficina, por ejemplo.
En decir, ME A-DAP-TO a la nueva situación. Y ya cuando esa situación termine, podré volver a mi vida de antes si quiero.
Fíjate qué tontos y que zombis que somos a veces, que nuestra situación cambia, pero nosotros no. Seguimos queriendo hacer lo mismo que nos habíamos propuesto o que veníamos haciendo anteriormente. Es como, que, hemos perdido la capacidad de adaptación y de darnos cuenta de nuestros propios límites.
Y así es como, no reconociendo tus propios límites pasas de estar simplemente algo estresado, a estar totalmente agobiado, sobrepasado y a veces incluso llegar a estados de ansiedad muy muy incómodos.
Entonces, segundo hábito a incorporar, ser más consciente y también más responsable de tus propios límites, y poner límites: en tu trabajo, en tu vida personal, etc. Lo cual me lleva al siguiente punto.
3. Prioriza y Renuncia.
Si como hemos dicho el estrés aparece en situaciones en las que necesitas ADAPTARTE, cuando sientas que estás llegando a niveles altos o demasiado prolongados de estrés o ansiedad, lo que necesitas es parar, reflexionar sobre tus propios límites como hemos dicho y luego ACTUAR EN CONSECUENCIA.
Claro, no basta con ser más consciente de ti y tus límites, luego tienes que ser coherente con ello. Entonces, hay dos estrategias que te servirán para reducir tu estrés de manera hipar eficaz y que además prometen cambiarte la vida por completo:
La primera es: Priorizar. Y la segunda es: Renunciar.
Si has identificado que estás llegando a tu límite y que no puedes con todo lo que tienes, entonces, querido homo sapiens sapiens, honra a tu cerebro de sapiens y haz algo al respecto.
Priorizar te va a permitir asegurarte de ocuparte y hacer lo realmente importante, a pesar de estar pasando por una situación de cambio, peligro o desafío. Y además, te va a permitir sacar el mayor partido a tu tiempo y energía.
Y al mismo tiempo, tendrás también que aprender a renunciar. Es decir, dejar para más adelante todo aquello que no sea realmente importante para este momento de estrés en tu vida.
Recuerda que una situación de mucho estrés es una situación extraordinaria, en la que hay que tomar medidas extraordinarias. No puedes seguir haciendo lo ordinario, lo de siempre, debes adaptarte, igual que la gacela que renuncia a pastar y se pone a correr en cuanto ve un guepardo. Y cuando todo acaba, vuelve a su pasto diario.
Entonces, siguiendo con el ejemplo, si temporalmente tu trabajo te demanda mucho tiempo y energía, debes aligerar otras tareas o áreas de tu vida temporalmente. Y viceversa.
4. Aprende a Gestionar tu AutoExigencia.
Si recuerdas habíamos dicho al principio que el estrés es algo positivo, porque en realidad tiene la función de “ponerte las pilas” para estar alerta y avanzar en situaciones cambiantes, pero ¿qué ocurre cuando el estrés deja de ser positivo si, por ejemplo, te acostumbras a auto-exigirte ir al 200 % durante mucho tiempo? Bien, pues ahí comenzaremos a sufrir el llamado distrés.
El distrés o estrés negativo, aparece cuando sentimos que no podemos hacerle frente a una determinada situación y nos sentimos desbordados ante ella. O lo que es lo mismo, cuando sentimos que NO SOMOS CAPACES DE ADAPTARNOS a esa situación.
Lo que debes comprender, por tanto, es que el estrés, no es solo fruto de situaciones cambiantes o desafiantes, sino también de cómo experimentamos ciertas situaciones.
En un mismo departamento pueden haber dos personas con la misma carga de trabajo, una de ellas estresadísima y agobiadísima, y la otra concentrada y sacando pasito a pasito el trabajo de manera positiva. La diferencia entre ambas tiene que ver con la perspectiva desde la cual se toman o hacen las cosas y su capacidad de adaptación a los cambios y desafíos.
Entonces, qué les va a pasar a las personas muy autoexigentes? Pues que en lugar de reconocer y aceptar sus propios límites, van a empujarse y obligarse a si mismos hasta el agotamiento. Y una vez se quedan sin energía y no puedan seguir al ritmo que se propongan, van a sentirse mal y culpables y exigirse todavía más. Y esto termina encerrándolas en un círculo de estrés muy poco saludable.
UN TRUCO
Así pues, si sientes que la autoexigencia es la culpable de tu altos niveles de estrés, empieza a practicar el hábito de hacerte esta pregunta cada vez que te exijas hacer algo:
- ¿Tengo que o quiero hacer esto…?
Por ejemplo, imagina que estás cansadísima del trabajo, acabas de llegar a casa, abres la nevera y ves que está medio vacía. En ese momento piensas “tengo que hacer la compra”. Bien, pues practica la pregunta: ¿tengo que hacer la compra ahora, o quiero hacer la compra ahora?
Otro ejemplo, imagina que son las 09h de la noche y no has parado en todo el día, pero no te ha dado tiempo limpiar los baños. En ese momento piensas “jolin, debería limpiar los baños porque mañana tengo visita e igual no me da tiempo por la mañana”. Bien, pues de nuevo practica la pregunta: ¿debería hacer los baños o quiero hacer los baños?
Como habrás ya supuesto, aquí pueden ocurrir dos cosas:
- Una es que te des cuenta de que en realidad no quieres hacer eso ahora. Y por tanto, podrás tomar la decisión de posponerlo para otro momento o buscar una alternativa, es decir, adaptarte.
- La otra opción que puede darse es que, te des cuenta de que en realidad si quieres hacerlo, y que, por tanto, no lo vas a hacer desde la exigencia sino desde el disfrute, ahí quizás se active algo de estres, pero será un estrés positivo o también llamado eustrés.
Obviamente esto es solo un primer pasito, no la solución a todo el problema de la autoexigencia, pero creo que es algo simple de implementar que te puede ayudar mucho a reducir tu estrés y a también a madurar tu propio locus interno.
5. Organízate Mejor y Pon Orden en tu Vida
A veces, el estrés que sentimos no tiene que ver con una situación o problema específicos, sino que es debido a que como no estamos bien organizados, nos pasamos los días corriendo como pollos sin cabeza y apagando fuegos.
Si este es tu caso, entonces lo que necesitas para reducir tu estrés es tomar el hábito de organizarte mejor para poner orden en tu vida. Y lo primero que puedes hacer es tomar tu agenda del tiempo de los últimos meses o semanas y tratar de identificar qué es lo que falla en tu forma de organizarte que hace que siempre estés estresado y con la lengua fuera.
- ¿Es porque no dejas huecos de tiempo libre en tu agenda para imprevistos?
- ¿Empiezas el día haciendo lo más fácil y luego te quedas sin tiempo para lo importante?
- ¿Es porque tiendes a procrastinar o te distraes con facilidad?
- ¿No te atreves a decir no, y acabas haciendo mil cosas al día pero no lo importante?
Sea cual sea tu respuesta, tiene la misma solución: habitúate a mejorar tu organización para poner orden en tu vida.
Si quieres puedes consultar este video en el que te cuento como lo hice yo, en un momento del año en que me sentía ansiosa y estresada por todo lo que tenía que hacer.
CONCLUSIÓN
Recuerda que tu vida es tuya y si bien hay cosas ahora mismo que no puedes cambiar inmediatamente, si puedes ir consiguiendo pequeñas mejoras que te ayudarán a pensar diferente para actuar diferente y así, pasito a pasito mejorar cada día un poquito más tu vida.
Espero que este video haya sido de ayuda para ti, por favor, si eres nuevo suscríbete al canal para no perderte los próximos contenidos que estoy preparando, y si te gustaron las recomendaciones del video no te vayas sin dejarme tu “me gusta”.
¡Te mando un enorme abrazo! y aquí te dejo estos 2 pedazo de videos que estoy segura te ayudarán a aclararte y averiguar por dónde puedes empezar ¡ya! a mejorar tu vida.
Te veo la próxima semana, ¡¡bye, bye!!!
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Sandra.
Soy Sandra González y quiero ayudarte a dejar atrás las dudas, la indecisión y el estancamiento en el que te encuentras.
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