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Tu Actitud Estresante

stress concept– ¡Hoy voy a comerme el mundo!

– Menudo día me espera hoy, qué pocas ganas tengo de levantarme.

¿Cuál de estas dos frases te repites más por las mañanas?

Te lo pregunto porque, contestes lo que contestes me estarás dando una gran pista acerca de cuál es tu verdadera actitud últimamente.

Y esa actitud puede ser una gran fuente de estrés para ti.

 

 

Recuerdo mi actitud hace algunos años cuando me sentía tan mal en mi propia piel, que no dejaba de criticar la forma de trabajar de mis superiores, la forma de hacer las cosas de la empresa, lo rutinario de mi puesto de trabajo, la forma de actuar de mis compañeros, etc.

Esa actitud me llevó a albergar en mi interior: rabia, resentimiento, irritación, tristeza, frustración y mucho, mucho, mucho estrés. Tanto, que acabé por enfermar. Todo empezó con los tan frecuentes dolores musculares: contracturas en los hombros, dolor de lumbago, pequeños ataques de tortícolis, bruxismo, entre otros.

Luego, empecé a notar nervios en el estómago, algo así como un nudo que me presionaba el abdomen y me quitaba el apetito. Y finalmente, llegaron las cefaleas. Al principio sólo me dolía la cabeza por las tardes, los días laborales, cuando ya llevaba unas cuantas horas en el trabajo. Luego empezó a dolerme también por las mañanas, en días alternos. Al final, me levantaba y acostaba con cefaleas, fuera lunes, sábado o vacaciones de verano.

Ahí fue cuando llegué a la conclusión de que mi estrés me estaba consumiendo, y que tenía que cambiar algo: mi actitud.

Antes de esa toma de conciencia, achacaba todo mi estrés y todo mi malestar a mi situación profesional (mis jefes, mis compañeros, mi exigente puesto de trabajo, el vivir en una capital estresante, etc). Pero tras leer varios libros de autoayuda, asistir a varias conferencias y animarme a iniciar mi propio proceso de coaching, comprendí que por muy retadora que fuera mi situación, y por poco que me gustara, lo que realmente estaba aumentando mis niveles de estrés y malestar era la actitud que había tenido todo ese tiempo.

 

El Cambio de Actitud: de víctima a protagonista

Si hay algo que tengo claro ahora es que, por aquel entonces, actuaba como una víctima. Me pasaba el día quejándome, lamentándome, protestando y sintiendo lástima de mi misma por la situación que estaba viviendo.

Como no era la primera vez que lo pasaba mal en un trabajo, aún me sentía más víctima. Me decía: –¿Por qué me pasa esto a mi?, -¿por qué se me repite siempre la misma historia?

Obviamente, estas frases delatan que por aquel entonces mi nivel de conciencia era bastante bajo, y esa actitud no iba a sacarme de aquella situación. Ahora comprendo que todo aquel malestar, no fue una maldición, sino más bien todo lo contrario. Si «la vida» no me hubiera llevado por ese sendero, quizás hoy seguiría en el mismo lugar, haciendo las mismas cosas y compadeciéndome de mi misma.

Lo bueno del sufrimiento, desde mi punto de vista, es que te permite entrever qué tipo de actitud estás teniendo frente a la vida, frente a tus circunstancias. Llega un momento en que te sientes tan agotada de sufrir, de tu malestar, que simplemente dices: ¡Basta!

Dejé mi trabajo de nuevo en 2010, es decir, en plena crisis (en España), y me comprometí conmigo misma a cambiar mi suerte. Decidí que aquello no tenía porqué volver a sucederme y me puse a buscar información, leer libros, hacer cursos y coaching para aclarar qué me estaba pasando, y para ello me planteé numerosas preguntas:

  • porqué tanto estrés,
  • porqué tanto mal estar,
  • porqué tantos roces en mis relaciones con los demás en el trabajo,

Es decir, pasé de lamentarme por lo «malos que eran los demás y mis circunstancias», a cuestionarme mi forma de pensar y mi comportamiento.

Esa nueva actitud cambió mi vida por completo. Ahora soy protagonista de mi vida.

 

Una nueva Actitud, para unos nuevos niveles de Estrés

Piénsalo así, si quieres reducir tus niveles de estrés o preocupación, pregúntate: ¿Cómo pensaría y me comportaría si ya fuera una persona con bajos niveles de estrés? ¿Qué actitud tendría si fuera una persona con alta tolerancia a las preocupaciones?

Tus respuestas quizás sean:

  • no le daría tanta importancia a lo que me dice mi autosaboteador
  • vería mi situación como una oportunidad para cambiar mi vida
  • habría escogido ver también lo positivo, lo que si funciona en mi trabajo y no sólo lo malo
  • me esforzaría por mejorar mis relaciones con los demás,
  • trazaría un plan de acción para mejorar mi bienestar en vida profesional
  • habría averiguado ya qué es lo que realmente me preocupa, y habría tomado acciones para solventarlo
  • me habría entrenado para mejorar mi gestión emocional y mi gestión de la incertidumbre

 

Pero,¡hey! ¡stop!

No lo dejes ahí. Plantéate estas dos preguntas ahora, y haz tu propia lista. Luego saca tus conclusiones y determina dos cosas que puedas empezar a hacer o cambiar en tu rutina diaria para reducir tu estrés. ¡Sé protagonista!

 

Recuerda que leer artículos sobre desarrollo personal y gestión del estrés está muy bien, pero lo que marca la diferencia es entrenarte, practicar nuevas actitudes, pensar diferente, actuar diferente, sacar a relucir un nuevo Tú  🙂

 

 


foto twitter

Soy Sandra Gonzalez, experta en Autoconfianza y Motivación Laboral. Ayudo sobretodo a mujeres trabajadoras a sentir más seguridad en si mismas para que logren recuperar la motivación y el bienestar en su trabajo, mientras aprenden a alejarse del agobio, las preocupaciones y el estrés propios del entorno laboral.

Si quieres saber cómo puedo ayudarte a construir una nueva actitud, y a adquirir nuevos hábitos más saludables y coherentes con la vida que deseas, mira aquí lo que tengo preparado para ti 🙂


 

 

Un abrazo!

Sandra.

Imagen: Fotolia – © jomaplaon

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