«Un libro para no amargarle la vida a los demás, reprogramarse hacia el cambio y aprovechar el presente. Una persona refunfuña de media entre quince y treinta veces al día. Si ello resulta insoportable para su entorno, al final también lo es para uno mismo, porque termina siendo frustrante, molesto, cansino. La autora de este libro, que ha vendido mas de 40.000 ejemplares en Francia, ha logrado superar con exito la apuesta de dejar de quejarse durante 21 días consecutivos. Un desafío que propone ahora a los lectores para que consigan no amargarle la vida a los demás, reprogramarse hacia el cambio y recuperar la serenidad y ¡el placer de vivir!»
Autora: Christine Lewicki – Ed. La Esfera de los Libros – 184 páginas
RESUMEN
¡DEJA DE REFUNFUÑAR!
INTRODUCCIÓN BY SANDRA GONZALEZ
¿Sueles acostarte por las noches con la sensación de no haber disfrutado del día? ¿Los momentos en los que te sientes afortunada/o son escasos y se concentran sobretodo en ocasiones especiales? ¿Sientes que la negatividad y el nerviosismo han invadido la mayor parte de tu rutina diaria? Si es así, no sólo te recomiendo que leas este libro, sino que además apliques la multitud de consejos y ejercicios que Christine te brinda en el mismo, y te decidas a hacer un gran cambio en tu vida: Dejar de Refunfuñar para Disfrutar mucho más de tu día a día, de ti misma/o y de los demás.
PARTE 1. Me he planteado un desafío: «Dejar de Refunfuñar»
La autora, Christine, nos cuenta que llegó un momento en su vida en que empezó a tomar conciencia de la cantidad de frustración que sentía cada día. Recuerda acostarse prácticamente todos los días con las sensación de haber «luchado» toda la jornada, sin apenas poder identificar momentos de paz, satisfacción y dicha.
De hecho se dio cuenta que sólo vivía momentos de felicidad y plenitud en excepcionales ocasiones, como si fuera algo a lo que pudiera aspirar muy puntualmente. Tras algo más de introspección llegó a la conclusión de que, en realidad, quejarse, lamentarse, lloriquear, refunfuñar, gruñir, o enfadarse, reducía notablemente sus posibilidades de disfrutar más de cada minuto de su día a día.
Así fue cómo surgió su decisión de «J’ arrête de râler» que significa «Dejo de refunfuñar». Lo que hizo Christine fue comprometerse públicamente a través de su blog: www.jarrêtederâler.com, a no refunfuñar durante 21 días consecutivos.
La cara oculta de nuestras quejas
Las quejas tienen sus porqués y para qués, no son gratuitas, siempre hay algo detrás de las mismas. Lo que Christine recalca a lo largo de esta obra es que desentrañar el motivo último de tus quejas, puede ayudarte a ser más consciente de qué hacer para disfrutar más de tu vida y por tanto tener menos razones por las que quejarte. Solemos quejarnos:
- Para conservar nuestra felicidad. Dado que la felicidad es el objetivo último de cualquier persona, cuando nos quejamos esto se debe a que, en realidad, en algún nivel, queremos satisfacer una necesidad. Por ejemplo: cuando te quejas de tu jefe, lo que quieres es satisfacer tu necesidad de respeto o reconocimiento, y cuando te quejas de los políticos lo que buscas es que tengan en cuenta tus necesidades.
- Para ser igual a los demás. Dado que es más fácil quejarse que compartir nuestros ideales más profundos, optamos por relacionarnos con otros a través de las quejas sobre el tiempo, la economía, los proveedores, la administración, etc.
- Para conseguir ayuda. Muchas veces nos quejamos simplemente porque necesitamos ayuda, y en lugar de pedirla claramente nos lamentamos en clave de víctima esperando que los demás se ablanden y vengan al rescate.
- Por puro automatismo. Quizás estés tan acostumbrada/o a quejarte que directamente se ha convertido en un hábito, es posible que repitas a lo largo del día siempre la misma frase «qué cansada estoy», «estoy harto», «me duele la espalda», etc. Y desde luego, quejarte sin más no va a solucionar la fuente de esos lamentos.
- Para reír o bromear. Hay muchas personas que dan salida a sus frustraciones, disfranzándolas con el sarcasmo y el humor, lo cual no ayuda tampoco a que el problema o situación se solucione.
- Porque nos resignamos. Cuando te dices que no hay nada que hacer para mejorar tu suerte, la queja se convierte en una válvula de escape, pero también en tu propio pozo de infelicidad. Pierdes confianza, vives sin esperanza y la vida pierde su sentido.
- Para destacar. La falta de autoestima y la necesidad de reconocimiento son ingredientes importantes para convertirse en un/a «quejica«. Pues cuando uno/a no tiene una buena estima de si, necesita degradar a otros para sentirse mejor. Y ¡ojo! si piensas que tú eso no lo haces… porque cualquier comentario del tipo: «este no sabe conducir», «buuf, esta no tiene ni idea», «qué poco saber estar tiene pepita», o «yo nunca haría eso», esconden detrás la necesidad de dar a entender al mundo que «yo soy mejor«.
- Para que el resto piense como nosotros. Nos parece que cuanto más fuerte nos quejamos, más gente se unirá a nosotros y que así acabaremos por demostrar que «tengo razón». El problema es que las cosas seguirán igual, hasta que decidas cambiar alguna cosa en tu vida.
- Para oponernos. Por supuesto que el mundo está lleno de «injusticias», y oportunidades de mejora. La diferencia radica en cómo voy a posicionarme en este mundo imperfecto: ¿cómo víctima o cómo protagonista? Es decir, voy a lamentarme sin más, o voy a buscar soluciones a mis problemas y predicar con el ejemplo del tipo de persona que yo creo que todos deberíamos ser. Esto implicará ciertamente sacrificios y mucha proactividad, así que ¿qué bando eliges tú?
PARTE 2. Lo que he Aprendido por el Camino
Christine nos cuenta en su libro, que para dejar de quejarse tuvo que tomar una firme decisión: ser feliz fueran cuales fueran sus circunstancias. Antes una situación negativa se comprometió a escoger «vivir» con serenidad y optimismo, en lugar de agobiada y estresada. Para ello tuvo que hacer un profundo cambio en su forma de ver la realidad, esto es, reprogramar su mente: sus pensamientos, sus sentimientos, su manera de comunicarse, y su forma de actuar.
Es esa reprogramación la que hace que pases del hábito de quejarte, al hábito de saber cómo volver a sentirte bien en cualquier circunstancia (coger perspectiva). Esto implica hacer al menos alguno de estos cambios:
- Desprenderse del deseo de controlarlo todo. «La vida (supuestamente) nos exige mucho«, por eso nos gusta controlarlo todo, hacer que todo vaya como «debería ir», y ¡zas! nos encontramos con la Realidad, las cosas no salen como esperábamos y …. ¡Refunfuñamos! Así de fácil 😉
- Aceptar que a veces los demás nos pueden crispar. No siempre conseguimos ponernos en la piel de otros y tampoco entender por qué se comportan de determinadas maneras, así que los culpamos, los juzgamos y por supuesto… nos quejamos. Dejar de refunfuñar, implica decidir que no vas a dejar que las malas palabras de otros mitiguen tu felicidad.
- No dramatizar. Aumentar el tamaño de tus problemas, dándole más «bombo» del que realmente tiene, no te ayudará a solucionarlos (no me cansaré de decirlo jeje), en lugar de ello, como dice Christine: ¡utiliza tus recursos!
- Practica una nueva manera de comunicarte. Sé más auténtico al expresar tus necesidades, di lo que no te gusta en el momento justo, no te lo guardes, y hazlo siempre hablando de ti. De nada sirve juzgar y culpar a los demás, porque de esa manera no conseguirás que te hagan caso, sólo recibirás rechazo y no conseguirás mejorar absolutamente nada.
- Expresa tus frustraciones, sin quejas. Describe la situación objetivamente, expresa cómo te sientes, qué necesitas y negocia alguna petición de ayuda o entendimiento. Al principio es más costoso que quejarse sin más, pero la recompensa es más paz interior y mejores relaciones, ¡no tiene precio!
- Sustituye las quejas por las Valoraciones. ¿Celebras a menudo tus pequeños logros del día? ¿Le dices a los demás lo que te gusta de ellos? ¿Por las mañanas te comprometes contigo mismo a tener un buen día y actúas en consecuencia? ¿no? y… ¿a qué esperas? La felicidad es una decisión que implica que pongas de tu parte 😉
- No te guardes las cosas negativas, las frustraciones y la ira, sino te convertirás en una «olla exprés» (yo sé bastante de eso jeje!)
- Anticípate. Una vez identifiques qué situaciones te ponen fácilmente nerviosa o irritado, adelántate y haz lo que puedas para evitarlas, y sino, acéptalas ya antes de que ocurran, libérate del control y fluye con el ahora.
- Complácete. Date pequeños mimos o caprichos a lo largo de la semana, y no hablo de cosas materiales. La vida se compone no sólo de ocasiones especiales y extraordinarias, cada momento es un pequeño lujo si tomas la decisión de que así sea. Así, ¡cada día cuenta!
PARTE 3. Veintiún Días para pasar de refunfuñar a estar Contentos
Se han realizado diferentes estudios que demuestran que tardamos entre 21 y 28 días, en sustituir un mal hábito por otro más beneficioso, de ahí el Reto. La clave está en no abandonar, en aguantar esas primeras semanas «obligándonos» a no quejarnos, para más adelante crear un nuevo hábito, una nueva costumbre, comunicarse con sentido, respeto y disfrutar más del día día. De lo que se trata es que al final del Reto, esta sea tu «nueva naturaleza», ya no supondrá un esfuerzo y es más, llegará un momento en que te sorprenderá constatar cómo los demás siguen en su realidad de quejas y lamentos.
Durante el Reto se te invita a ponerte un brazalete que cambiarás de lado cada vez que emitas una queja o refunfuñes en voz alta, (por eso es importante que escojas uno elástico). Esto es para recordarte tu propio desafío en tu rutina diaria, y ser más consciente de:
- (al principio) cuanto te quejas y el impacto que tiene sobre tu felicidad en tu cotidianidad.
- (tras unas cuantas semanas) los avances que estás haciendo, hacia una vida más serena, más consciente y más disfrutada.
Las normas de este desafío son:
- no quejarse en voz alta
- utilizar nuevas vías para dar salida a las frustraciones
- comunicarse de forma más consciente ante un problema o desacuerdo.
Este desafío NO consiste en:
- encajar los golpes o el malestar con una sonrisa
- obligarse a ver la vida con mayor optimismo
- fingir que todo va bien y aguantarse
Sino más bien liberarse de un hábito que no sólo no te ayuda a disfrutar más de tu día, sino que además no resuelve tus problemas o desacuerdos, y solamente te hunde todavía más en el malestar, la pena por ti mismo/a y la negatividad.
Durante el desafío pasarás por estas 4 fases:
- Al principio, te plantearás el reto sin ser del todo consciente de cuántas veces te quejas al día, en realidad. Es decir, «no sabes que no sabes» dejar de quejarte. No eres consciente de cuan quejicas eres y cuán anclada está esa costumbre en ti.
- Así que los días siguientes, la pulsera bailará de una muñeca a otra varias veces al día, y te harás consciente de cuánto te quejas, y que «no sabes utilizar vías alternativas a la queja». Ahora, «sabes que no sabes«. Te sentirás incapaz, inútil y tendrás tentaciones de abandonar y decirte que es imposible. Acepta que estás en fase de aprendizaje, sé humilde y persiste, estás aprendiendo.
- Más adelante, llega la esperanza. Consigues estar algunas horas, incluso días sin quejarte. Ya has aprendido nuevas maneras de comunicarte y expresar tus frustraciones, y sobretodo ¡a ponerles remedio! Ahora sólo te queda persistir y seguir adelante para integrar este nuevo hábito de forma más natural y automática, «sabes que sabes» dejar de quejarte.
- «No sabes que sabes«. El proceso de no quejarte ante una dificultad es tan natural y automático, que así como otro podrán sorprenderse al ver que no te quejas, tú lo verás como algo totalmente normal, pasará inadvertido para ti.
En resumen, lo que Christine ha podido constatar con su propia experiencia en este reto es que:
«si quieres ser profundamente feliz, debes aportar felicidad a las experiencias de tu vida en lugar de intentar obtener felicidad de esas mismas experiencias. Cuando te quejas es porque estas decepcionado por que tus experiencias no te han aportado suficiente felicidad. Pero de hecho, te corresponde a ti aportar felicidad a la experiencia y no lo contrario».
CONCLUSIÓN BY SANDRA GONZALEZ
El valor de este libro es incalculable si has tomado la decisión de hacer un gran cambio en tu vida: sentir más felicidad y plenitud en tu rutina diaria.
Recomiendo este libro sobretodo a aquellas personas que se han hecho conscientes de que no disfrutan de su cotidianidad, que se pasan el día suspirando, incómodas, nerviosas, insatisfechas y en guerra con sus trabajos, sus circunstancias y/o cada vez que se encuentran con una mínima dificultad o contrariedad. La paz interior no es algo que se alcanza leyendo libros y artículos sobre el tema (créeme, yo ya lo he intentado), hace falta algo más. Hace falta coger las riendas, tomar una decisión, hacer un cambio, un punto y aparte y lanzarte a hacer las cosas de forma diferente.
Aprender a utilizar vías alternativas y sustituir las quejas por una nueva manera de comunicarte y gestionar tus frustraciones es imprescindible para mantenerte en un estado positivo, proactivo y motivado a la hora de enfrentar las distintas situaciones que te trae la vida. Por tanto, desde mi punto de vista, enrolarte en este desafío es, sin duda, un paso determinante en tu propio proceso de crecimiento personal y por supuesto, un gran paso hacia tu felicidad.
¡Yo ya me he unido al Reto! ¿y tú? 😀
PUNTO FUERTES
- La forma de expresarse de Christine es muy clara y directa, fácilmente entendible por cualquier persona.
- Numerosos testimonios y casos prácticos que te ayudan a comprender las claves del libro.
- Al final de la obra hay ejercicios para ayudarte durante el Reto, si decides emprenderlo.
- Christine habla todo el tiempo desde su propia experiencia, en lugar de filosofar sobre la felicidad y la plenitud.
PUNTOS DÉBILES
- Este libro no es apto para aquellas personas que «necesitan» sentirse víctimas para relacionarse con el mundo y los demás.
- Se habla de comunicación no violenta, pero recomiendo apoyar lo explicado en este libro con otras obras relacionadas con el tema para entender bien cómo expresarse de maneras más conscientes y resolutivas.
Puedes comprar el libro a través de La Casa del Libro, fácil y cómodamente:
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Si ya has leído el libro o el resumen, no dudes en dejarme tus comentarios más abajo,
Soy Sandra Gonzalez, experta en Autoconfianza y Motivación Laboral. Ayudo sobretodo a mujeres trabajadoras a sentir más confianza en si mismas para que logren recuperar la motivación y el bienestar en su trabajo, mientras aprenden a alejarse del agobio, las preocupaciones y el estrés propios del entorno laboral.
Si quieres saber cómo puedo ayudarte a dejar de quejarte y a adquirir nuevos hábitos más saludables y coherentes con la vida que deseas, mira aquí lo que tengo preparado para ti 🙂
Un abrazo!
Sandra.
2 Comentarios
Muy lindo el mensaje sandra gracias y el libro se ve muy interesanteo comprare .
Ya me contarás qué tal con la lectura del libro Lidys. Recuerda que puedes unirte al Reto #21DiasSinQuejarme pulsando aqui.