El deseo de resultados inmediatos puede ser un “enemigo” para el crecimiento personal. En cambio la paciencia resultará ser sin duda tu mejor aliada en este proceso.
¿Sería coherente que tras plantar una semilla en la tierra, estuviera desesperada esperando con impaciencia que el árbol crezca de su interior? Probablemente no, en cambio es muy posible que me sintiera bastante frustrada.
Podría incluso pensar que esta semilla que me vendieron no sirve, o que me han engañado diciéndome que iba a crecer un árbol, cuando en realidad aquí no sale nada. Creo que esta es una buena metáfora de lo que ocurre en el mundo del Desarrollo Personal y Profesional.
Por una parte se encuentran los “vendedores de desarrollo personal”: gurús, autores de libros, formadores, psicólogos, coaches, terapeutas, etc. Que en sus anuncios o páginas de ventas nos prometen una evolución personal grandiosa en cuestión de días o semanas. Como si esta pudiese empaquetarse en formato de cursos, libros o sesiones.
No quiero decir con esto que estos cursos no sean extremadamente valiosos para el crecimiento personal, no me malinterpretes, lo que quiero decir es que quién contrate estos servicios o compre esos recursos, debe comprender que la responsabilidad última para obtener resultados es suya. Al igual que si compras una lavadora y esperas que esta te lave la ropa, no funcionará si no la enchufas, cargas el detergente y la pones en marcha. ¡Para que funcione debes poner, si o si, de tu parte!
Así pues, lo que te intento transmitir es que estos recursos no funcionan por si solos, no basta con comprarlos, leerlos o asistir a sesiones. Estos servicios o productos no pueden “cambiarte la vida”, porque tu vida es tuya y sólo tú puedes cambiarla. Lo que si pueden hacer por ti es aportarte nuevas referencias, nuevas perspectivas, nuevas ideas, incluso nuevas metodologías para que empieces a hacer las cosas de manera distinta y así conseguir resultados distintos.
Luego, por otra parte, están las personas ávidas de conseguir resultados en pro de su propio crecimiento personal. Vamos a llamarlos “los clientes de desarrollo personal”, aquellos que esperan resultados en cuestión de días o semanas y que esperan con impaciencia que el gurú o libro “de turno” les solucione sus problemas. Esto es, en mi opinión, un error de enfoque.
Y es que la base fundamental sobre la que se sostiene precisamente la evolución personal es que Tú debes ser el Protagonista de este proceso. Tu Evolución depende de ti, todo lo demás sólo son apoyos que utilizas para avanzar en la dirección correcta y expandir tu conciencia, nada más.
El cambio de paradigma es el siguiente:
- No espero resultados de un libro, de un profesional o de una formación. Sino que espero resultados de aplicar con paciencia aquello que creo es útil y beneficioso para mi vida, en este momento.
La paciencia vs los resultados.
Como decía al principio, los resultados inmediatos son incompatibles con el crecimiento personal ¿Por qué? Pues porque el crecimiento personal no puede ser un fin en si mismo, no hay una meta final, es más bien “un camino” que no acaba nunca. La evolución personal es, podríamos decirlo así, una actitud frente a la vida. Yo, por ejemplo, lo vivo como un deseo irrefrenable de aprender cosas nuevas para expandir mi conciencia, y entender la vida desde una perspectiva más amigable y pacífica, tanto para mi misma como para los demás. Y esto mismo, sin duda, puede aplicarse también al crecimiento profesional.
Justo en este punto es donde resalta la importancia de ser paciente con una misma. Entender que el desarrollo personal y profesional solo tiene sentido en términos de meses o más bien años, y que los resultados vendrán solos una vez apliquemos nuevas estrategias a nuestra situaciones cotidianas (como el árbol, una vez plantas la semilla).
Así pues, la paciencia debe acompañarte a lo largo de este camino de evolución para que puedas disfrutarlo, y reemplazar así la frustración por la paz interior.
Claro que sería estupendo conseguir resultados de la noche a la mañana, pero esto no ocurrirá siempre, la mayoría de las veces lo cambios más trascendentales demandan años o en el mejor de los casos varios meses. Yo misma he comenzado a leer libros sobre desarrollo profesional y personal hace años, y claro que marcaron una diferencia en mi vida, pero no de inmediato.
Es con el pasar del tiempo, y tras haber recopilado en mi mente multitud de conceptos, cuando “la magia” empezó a manifestarse en mi vida. Comencé a asociar ideas y perspectivas, que por fin empezaron a integrarse profundamente en mi conciencia y a verse reflejadas en mi forma de hacer las cosas, en mis decisiones importantes, en mis relaciones con los demás, etc. Al igual que pasa con el crecimiento de un árbol, mi crecimiento personal empezó mucho antes de manifestarse los resultados, mucho antes de asomar la primera rama.
Hay una metáfora fantástica que me gusta mucho y representa bien esta idea de ser paciente:
Cuando la Nasa planea enviar un cohete al espacio, no lo hace unos días después de tomar la decisión. Primero construye el cohete, entrena los astronautas, carga el combustible, y es sólo al final, en el último minuto del proceso cuando finalmente despega la nave. Pero esto no hubiera ocurrido sin completar antes las fases anteriores, ¿me sigues?
En resumen, el crecimiento personal no es un resultado o meta a perseguir, sino un camino que tomar. Nadie puede “venderte” desarrollo personal, esa responsabilidad es sólo tuya, si bien es cierto, tienes a tu disposición multitud de recursos y profesionales que pueden ayudarte a mantenerte en la dirección correcta.
Recuerda ser paciente contigo misma, ya que los resultados sólo son una manifestación final de todo un trabajo interior que se desarrolla poco a poco de forma invisible. El que no obtengas resultados inmediatos tras leer un libro o consultar con un especialista, no significa que no estés avanzando en tu propia evolución personal y profesional, lo único que significa es que todavía necesitas seguir “cargando la nave antes de despegar”.
Desde aquí, por favor, no abandones nunca, sólo prueba algo diferente cada vez que obtengas resultados distintos a los que esperabas. Sé paciente y afable contigo misma.
Muchos ánimos!!
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Un abrazo!
Sandra.
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