Nota: Este post es una traducción del artículo My Pursuit of the Art of Living, de Léo Babauta. Por tanto, es él quién se expresa como “yo” a continuación.
Durante años simplemente he vivido, dejando que las cosas ocurran.
Pero estos último años, después de haber aprendido algunas cosas sobre los hábitos, la atención plena, la simplicidad y el amor, he cambiado mi perspectiva acerca de la vida.
Ahora veo la vida como una forma de arte, digna de estudio, con la cual jugar, aprender, practicar y dominar. Evidentemente, muy poca gente domina el arte de vivir, y no sé si yo lo lograré algún día. Probablemente no.
Pero puedo perseguir este arte. Puedo apreciar cuando los demás hacen bien las cosas. Puedo aprender gracias a ello, a través de las experiencias, de la observación y de la introspección.
Mi persecución del arte de vivir no es más que un comienzo, pero quería compartir un poco esta persecución contigo, amigo/a.
Empezar la Persecución
Un viaje comienza con un sólo paso, como dijo un sabio, y para mi ese paso es sencillo:
Admitir que no sé.
Aprender comienza por el hecho de vaciar tu copa, de manera que puedas rellenarla con lo que encuentres. Vaciar tu copa significa que te deshaces de las opiniones preestablecidas.
No sé lo que es el Arte de Vivir, pero siento curiosidad.
Y así el camino está abierto, lleno de curiosidad y de descubrimiento.
Y es un camino que se emprende con los pies descalzos, abierto y desnudo, con ganas de exponerte a la vida y al caos.
El objetivo es tener una visión clara, hacer un giro consciente hacia la realidad tal cual es, sin intentar endulzar las cosas o conformarte con la historia que te has contado.
Ver claro, sentirse desnudo, con las manos abiertas, curioso, sin saber. Es el camino que encontré, hasta ahora.
El Arte Emerge
Con una visión clara, comienzo a ver porqué sufro (y los otros también), porqué nos estresamos y nos irritamos los unos con los otros y queremos más y siempre más.
Y ahora puedo empezar a aplicar el arte de vivir en mi día a día.
Esto es lo que practico, de manera imperfecta:
- La compasión. En lugar de estar nervioso y frustrado, busco el sufrimiento en otros y les abro mi corazón. Esto incluye compasión por mi mismo.
- La gratitud. La vida está llena de maravillas, y la gente a mi alrededor también. Intento abrirme a esta maravilla, y estar agradecido de su existencia, en lugar de quejarme.
- La Alegría-Miedo. La alegría es algo fantástico de sentir, pero la alegría-miedo está presente en los momentos poderosos de la vida, en los que alegría y miedo están mezcladas, donde intentamos hacer cosas que se salen de nuestra zona de confort y que a su vez nos excitan y nos enfrentan a un posible fracaso. Acojo ahora estos momentos en lugar de evitarlos.
- El hecho de no evitar la Incomodidad o la Incertidumbre. Cuando evitamos la incomodidad, estamos limitados por nuestra zona de confort, y se vuelve imposible aprender cosas nuevas y vivir experiencias nuevas. Cuando evitamos la incertidumbre, sólo nos aferramos a lo que ya conocemos. Pero podemos deliberadamente ser buenos en la incomodidad e incertidumbre, practicando poco a poco, más y más.
- Permanecer en el instante presente, incluso cuando sea duro. Es lo más difícil. «Vivir el momento presente» suena maravillosamente bien, pero en realidad mantenerse en el momento presente no es siempre fácil. Intenta esto: mantén los ojos abiertos, permanece sentado y rodeado de la vista y los sonidos que te rodean durante un minuto, sin que tu mente divague y se aleje. Si tu mente no divaga, o eres un maestro de la atención plena, o no te diste cuenta de que tu mente divagaba.
- Las relaciones lo son todo. Tener lo que deseo, ver las cosas desarrollarse como previsto, tener el control, tener razón… esas cosas no tienen ninguna importancia comparado con las relaciones. Imagina que estás en tu lecho de muerte a los 80 años… ¿tu necesidad de tener razón y de tener el control te reconfortan en caso de que no tengas ninguna buena relación, nadie que te quiera? Pon las relaciones en primer lugar.
- No aferrarse a las expectativas y a los juicios. Las expectativas y los juicio me impiden disfrutar de lo que tengo, de apreciar la simple presencia de alguien más en mi vida. Practico el identificar estas expectativas y juicios, y liberarme de ellas, dejarlas ir.
- Dejar ir. Es el arte de vivir en dos palabras: dejar ir. Es liberarse de los juicios, de las expectativas, del hecho de querer tener razón, de querer tener el control, del miedo a la incomodidad, del miedo a la incertidumbre, del miedo al fracaso, del miedo al aburrimiento, de compararse con otros, de querer distracciones, de estar irritado, de quejarse. Es identificar cuando me aferro a estas cosas, y dejar ir. Deshacerme de la necesidad de mi corazón de aferrarse a una de estas cosas, y dejar ir. Y dejar ir de nuevo. Y más aún.
Y por tanto, el arte de vivir es un entrenamiento, que no se acaba nunca, que no podemos dominar. Es un dejar ir constante, un constante caer y levantarse para intentarlo de nuevo, sin reproches.
El arte de vivir, es el arte de volver a levantarse.
Nota by Sandra Gonzalez
Léo lo ha dejado tan claro en este post, que sólo me queda decirte:
– Practica el «Dejar Ir», poco a poco.
– Empieza por algo pequeño, como olvidarte de un deseo o expectativa que quizás no es tan importante para ti, por ejemplo.
– Libérate de esas pequeñas cargas que te has impuesto tú misma/o, y que enturbian tu bienestar diario.
Soy Sandra Gonzalez, experta en Autoconfianza y Motivación Laboral. Ayudo sobretodo a mujeres trabajadoras a sentir más confianza en si mismas para que logren recuperar la motivación y el bienestar en su trabajo, mientras aprenden a alejarse del agobio, las preocupaciones y el estrés propios del entorno laboral.
Si quieres saber cómo puedo ayudarte a conseguir más felicidad en tu trabajo y vida personal, mira aquí lo que tengo preparado para ti 🙂
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Un abrazo!
Sandra.
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