Nota: Este post es una traducción del artículo The Flexible Mind, de Léo Babauta. Por tanto, es él quién se expresa como “yo” a continuación.
Cuando pienso, hasta qué punto, soy feliz actualmente con respecto a hace 8 años, me doy cuenta de que no es simplemente el resultado de haber integrado mejores hábitos (aunque esto haya tenido también algo que ver).
Esto es lo que he cambiado, y me ha hecho sentirme más feliz:
- En lugar de estresarme a la hora de alcanzar mis objetivos, con respecto a plazos, fechas y a mi agenda, aprendí una nueva manera de fluir.
- En lugar de enfadarme con aquellas personas que no responden a mis necesidades, soy más flexible en cuanto a mis expectativas, con respecto a los demás.
- En lugar de irritarme cuando las cosas no ocurren como me gustaría, acepto el hecho de que las cosas son imprevisibles, y acepto que los imprevistos pueden ocurrir.
Al menos, la mayor parte del tiempo.
Por así decirlo, desarrollé una mente flexible.
Es uno de los mejores cambios que he hecho, porque me aporta una mayor paz interior y más bienestar. Me llevó tiempo desarrollar este hábito mental, y voy a compartir contigo los porqués y la manera de conseguir este cambio.
Por qué desarrollar una menta flexible
La causa más profunda de frustración, de irritación, de cólera, de tristeza, es el hecho de tener una mente rígida – una mente que quiere aferrarse a las expectativas que tienes de las cosas, a las ideas con las que te sientes cómodo/a. Cuando las cosas no se desarrollan de esta manera, entonces te frustras, te enfadas y te sientes triste.
Desarrollar una mente flexible es, por tanto una manera de estar abierto/a a todo, de ser feliz ante el cambio, de estar preparado/a ante cualquier situación. Piensa en esto: si ocurre un cambio o perturbación en tu vida, ésta solo se convierte en algo negativo si te aferras a la idea de cómo te gustaría que ocurrieran las cosas, a aquello con lo que te sientes cómodo/a.
Si te deshaces de este deseo, el cambio no es tan malo. Es simplemente diferente, y en realidad esto puede ser bueno para ti si lo aceptas y si lo ves como una oportunidad.
El truco es desarrollar la capacidad de gestionar el cambio, de ser flexible, de simplificar.
Cómo: pequeñas prácticas
No desarrollarás una mente flexible en una sola noche – tu mente no es tan fácil de cambiar como tu manera de vestir. Debes desarrollar estos hábitos mentales con pequeños cambios, de manera continua en el tiempo.
Así es como puedes lograrlo:
- Comprométete, durante una semana, de intentar deshacerte de aquello a lo que te aferras cuando estás irritado, frustrado, triste, etc.
- Haz una lista de cosas que desencadenan estas emociones – ser interrumpido, que alguien te corte el paso en la carretera, o ante el ruido cuando intentas trabajar, o la gente que no lava su plato o su bol, etc.
- Crear recordatorios para los momentos en que esos desencadenantes se activan – post-its, una pulsera, algo escrito en tu mano, un símbolo en el salpicadero de tu coche, etc.
- Cuando el desencadenante se activa, haz una pausa. Observa cómo crecen tus emociones. Siéntelas, pero no reacciones. Respira.
- Intenta ver a qué te estás aferrando – esperar que el otro conductor sea más correcto, esperar que podrías hacer lo que quisieras sin ser interrumpido, esperar que los otros sean perfectos para no tener que ir limpiando tras ellos. Estas esperanzas son fantasías – deshazte de ellas. Manténte abierto a las cosas tal y como son, a los cambios que ocurren. Respira, abre tu corazón, acepta.
Ahora, responde de manera apropiada, sin esperar que las cosas sean diferente, con compasión.
Repite estas prácticas las veces que quieras a lo largo de la semana, o al menos una vez al día.
Ten en cuenta que no serás perfecto cuando empieces. Es una habilidad difícil de aprender, porque tienes patrones emocionales que se han fortalecido mucho a lo largo de los años. Una vez al día es suficiente para estar algo más consciente, y para probar esta estrategia. Sé flexible con respecto a tu deseo de hacer esto de forma exacta. Y practícalo simplemente cuando lo recuerdes, a lo largo del año.
NOTA BY SANDRA GONZÁLEZ
Otro fantástico artículo de Léo en el que te desvela sus pequeñas estrategias para mantenerse «consciente», y elevar de paso su conciencia con cada nueva experiencia o cambio. Te recomiendo poner en práctica esta nueva manera de gestionar los imprevistos y también tus emociones. Practica el tener una mente flexible.
Empezarás a notar cómo los demás se impacientan en ciertos momentos, mientras tú mantienes la calma y te adaptas a cada nueva circunstancias (fluyes). Es una sensación única 🙂
Soy Sandra Gonzalez, experta en Autoconfianza y Motivación Laboral. Ayudo sobretodo a mujeres trabajadoras a sentir más confianza en si mismas para que logren recuperar la motivación y el bienestar en su trabajo, mientras aprenden a alejarse del agobio, las preocupaciones y el estrés propios de puestos con responsabilidad.
Si quieres saber cómo puedo ayudarte a tener una Mente más Flexible y a Relativizar, mira aquí lo que tengo preparado para ti 🙂
Ah! y no olvides compartir este post con aquellas personas que creas puedan estar interesadas, nos vemos más abajo en Comentarios.
Un abrazo!
Sandra.
Imagen: Fotolia – © Ivelin Radkov
1 Comentario
Es importante aprender a gestionar los cambios, lo cual solo es posible entrenando la flexibilidad mental. Les comparto un artículo donde se explican los pasos para empezar a realizarlo.