Nota: Este post es una traducción del artículo The Thinking Habit That Changed My Life, de Léo Babauta. Por tanto, es él quién se expresa como “yo” a continuación.
Recuerdo una tarde en que mi vida era bastante diferente. Tenía sobrepeso, estaba endeudado, era fumador y en la cual me costaba verdaderamente cambiar las cosas… No me sentía muy bien con respecto a mi vida.
Me sentía muy mal a nivel personal, y me preguntaba porqué estaba tan bloqueado. Me sentía sin esperanza y sin apoyo, y generalmente deprimido en cuanto a todo lo que me rodeaba.
Entonces miré el cielo, y vi las estrellas brillar sobre un lienzo de un profundo color negro-azulado.
Y pensé, la vida es un verdadero milagro.
Y decidí listar mentalmente las cosas en mi vida que estaban bien. Mi lista de cosas buenas era algo así:
- Tenía una vida maravillosa
- Tenía 5 hijos increíbles (6 ahora)
- Tenía unos padres cariñosos, así como hermanos y hermanas, abuelos, tíos, tías y primos
- No estaba enfermo
- Tenía un trabajo
- Tenía donde vivir y de qué alimentarme
- Mi familia gozaba de buena salud
- Podía ver y apreciar la belleza del mundo que me rodea
- Podía disfrutar del sabor de alimentos deliciosos
- Tenía unos super libros para leer
La lista continuaba, pero creo que ya has cogido la idea. Incluso cuando las cosas parecían horribles para mi, en realidad todo estaba bien. Y más aún, tenía increíbles bendiciones en mi vida.
Esa misma noche me decidí a contabilizar mis bendiciones más a menudo. Me comprometía a ser más agradecido por lo que tenía, por la gente que había en mi vida.
Comencé un hábito de gratitud.
Ahora, esto puede parecer trivial e incluso banal y tonto para algunas personas. Estoy aqui para decir que no es algo trivial, y por muy banal y tonto que pueda parecer, esto cambia vidas.
Esto es lo que me ocurrió, cuando pasé de la negatividad a esta manera de pensar, la gratitud:
- Apreciaba mi mujer Eva más aún, se lo dije, me sentí bien por tenerla en mi vida, y nuestra relación se volvió más profunda.
- Apreciaba todavía más a mis hijos, y en lugar de perder los nervios tan a menudo con ellos, notaba más su cariño, su curiosidad, su humor y su espíritu juguetón.
- Apreciaba más las otras persona a quiénes quería, y aunque no siempre les digo hasta qué punto les agradezco que estén ahí, pienso mucho en ello, y se lo digo con mucha más frecuencia ahora.
- Era más amable con aquellos que me rodeaban, en el trabajo y en todas partes, porque en lugar de ver las faltas de cada uno, veía lo bueno, y me sentía agradecido con ellos.
- Necesitaba menos porque en lugar de pensar en lo que no tenía, me sentía agradecido por lo que ya tenía.
- Las pequeñas cosas me molestaban menos, porque en lugar de quejarme de cada pequeño detalle, encontraba alguna otra cosa con la que sentirme agradecido.
- Apreciaba la naturaleza que me rodeaba, las cosas más pequeñas al lado de las cuales hubiera podido pasar de largo antes, la belleza de cada cosa.
- El cambio de hábitos se volvió má sencillo, porque en lugar de concentrarme en la dificultad del cambio, me centraba en la alegría de esos cambios, y en el hecho de verme superando esos desafíos.
- Cada instante se convirtió en una fuente de gratitud, y vivir el presente se volvió más fácil.
La lista continua más y más, y cada una de estas cosas es increíblemente poderosa. Nada de banalidades. Nada de trivialidad. Pura maravilla.
¿Así que cómo practicar este hábito? Es interesante porque una gran parte de nuestra vida se gasta en hábitos mentales inconscientes. Sin saberlo, nos quejamos, nos lamentamos, nos estresamos por pequeños fallos, vemos lo malo de las personas y de las situaciones. Cambiar eso no llega inmediatamente.
Pero. Puedes cambiar pequeñas cosas cada vez. Empieza con una pequeña sesión de gratitud, y sé verdaderamente agradecido. Siente realmente esa felicidad de tener alguien o algo en tu vida.
Toma un momento para hacer una lista, desde ahora, de las cosas en tu vida por las cuales te sientes agradecido. Podrás simplemente mirar este momento retrospectivamente años más tarde, cuando toda tu vida haya cambiado.
CONCLUSIÓN BY SANDRA GONZALEZ
Yo también he tenido mi «punto de no retorno», ese momento en el que me comprometí conmigo misma en buscar mi propia felicidad, en crear las condiciones necesarias para sentir plenitud y bienestar en mi vida. Y constantemente recuerdo ese momento, ya pasaron unos cuantos años, pero sigue muy presente, ahora doy gracias por esa claridad mental y decisión.
Si ya has tomado la decisión de cambiar de hábitos, y no sabes muy bien por dónde empezar, practicar la gratitud es una muy buena manera de empezar a vivir tu vida desde otra perspectiva, desde un prisma mucho más alineado con la felicidad, que las quejas y lamentos constantes.
Por ello, te animo a seguir el ejemplo de Léo. Puedes simplemente escribir un diario antes de acostarte, o bien antes de levantarte por la mañana, y anotar entre 5 y 10 cosas por las que sientas agradecimiento hoy.
Así de simple, y de rápido! 😉 No hay excusas ¡jeje!
Soy Sandra Gonzalez, experta en Autoconfianza y Motivación Laboral. Ayudo sobretodo a mujeres trabajadoras a sentir más confianza en si mismas para que logren recuperar la motivación y el bienestar en su trabajo, mientras aprenden a alejarse del agobio, las preocupaciones y el estrés propios del entorno laboral.
Si quieres saber cómo puedo ayudarte a conseguir más felicidad en tu trabajo y vida personal, mira aquí lo que tengo preparado para ti 🙂
Ah! y no olvides compartir este post con aquellas personas que creas puedan estar interesadas, nos vemos más abajo en Comentarios.
Un abrazo!
Sandra.
Imagen: Fotolia – © Coloures-pic
4 Comentarios
El hábito de contabilizar las bendiciones aporta mucho bienestar a la vida. No obstante, es cierto que hay que proponerselo y trabajarlo, la vida con la sobreinformación que a veces tenemos de noticias negativas a veces no circula en esa dirección, por eso bueno es ser conscientes de la costumbre de la queja y de que el hábito de enumerar lo positivo de nuestra vida nos la hará bastante más amable.
Muchas gracias por tu aporte Gemma, desde luego que con un pequeño hábito como ese, puede conseguirse una gran diferencia en el estado de ánimo diario.
Excelente documento, muchas gracias Sandra.
Aunque escuchamos toda la vida dar las gracias por o que recibimos, es muy diferente creo, el sentir agradecimiento realmente en el corazón.
Saludos
Totalmente de acuerdo Miguel, «sentirlo» marca la diferencia y es una vía perfecta para volver a ponernos en un estado de paz interior y reconciliación con nuestras circunstancias.
Un abrazo!