fbpx

Cómo saborear la Vida

Nota: Este post es una traducción del artículo How to Savor Life de Léo Babauta. Por tanto, es él quién se expresa como “yo” a continuación.

Aún es de noche y el mundo está dormido mientras escribo estas palabras, y acabo de terminar mi meditación matinal.

Doy sorbos a mi café, y saboreo la quietud, que me permite reflexionar sin distracciones en internet u otros.

Este hecho de saborear… es un acto mágico.

Saborear está reservado, generalmente, al hecho de comer bien: coges un cuadrado de chocolate negro y lo introduces en tu boca, pero no lo masticas ni lo tragas. Lo dejas ahí, y lo saboreas, aprecias sus notas de sabor tierra, sus toques de limón, la riqueza de su textura mientras se derrite en tu boca. Lo tragas casi con arrepentimiento después de haberlo dejado durar, apreciando totalmente su delicioso sabor, haciendo una pausa para pensar en la gente que cosechó los granos de cacao, que los tostó y los estrujó para convertirlos en cuadraditos de alegría.

Pero saborear la comida es sólo el principio: puedes saborearlo todo, y deberías hacerlo. Es maravilloso. Y lo cambia todo.

Saborear puede enseñarte a estar consciente, a dejar de procrastinar, a finalmente hacer deporte, a comer menos y más sano, a vivir la vida en el presente, y más aún.

Veamos cómo hacerlo. Al leer esto, te invito a desacelerar tu sobrecargado hábito de lectura rápida, y de saborear la lectura de este artículo.

 

La Práctica

Saborear un cuadrado de chocolate es una excelente práctica que puedes hacer una vez al día. Me gusta disfrutar de un buen té porque es tan ligero (comparado con las bebidas azucaradas) que debes prestar realmente mucha atención para sacar de ello lo mejor.

Cuando saboreas un té, o chocolate, o un puñado de bayas, ralentizas. Pones toda tu atención – cuanto más concentrada esté tu atención, más cosas notarás saboreando. No especulas acerca de lo siguiente que pasará, sino que te detienes y haces un poco de sitio para esta actividad. No te preocupas de lo que deberás hacer después, disfrutas totalmente del momento presente.

Esto es saborear, y demanda práctica. Puedes hacerlo desde ahora, estés dónde estés: haz un pausa, mira a tu alrededor, y saborea este instante. Aunque no parezca especial – porque admistámoslo, ya lo has hecho un millón de veces – saboréalo. Aprecia totalmente este regalo.

Es una práctica que puedes hacer varias veces al día – encontrar algunos rituales para saborear, como el hecho de disfrutar de tu té o café (sin azúcar), de tomar un baño, de leer una historia a tu hijo/a, de hacerte un ritual de té en medio de la tarde, o de acurrucarte junto a tu pareja. Cuanto más practiques, mejor te volverás.

 

La Procrastinación

Procrastinas porque no estás cómodo con alguna cosas que debes hacer y en su lugar te gustaría hacer cosas más cómodas (fáciles o familiares). No quieres escribir ese informe/artículo/capítulo, porque es difícil, y es más sencillo verificar mails y ocuparse de un montón de tareas pequeñas. Es más fácil dejar de lado estas tareas retadoras.

Pero saborearlas puede ayudar. Cojamos como ejemplo la escritura (el proceso es el mismo para todo, desde la limpieza del cuarto de baño, hasta el pago de impuestos)… tienes algo a escribir y sabes que es importante. La técnica habitual es decir, «Vale, debería escribir esto, pero primero voy a ver si no hay nada importante en mi bandeja de entrada de mails… y puede que en mi Twitter y Facebook también…oh, pero ¿qué es este pequeño e interesante artículo que acabo de encontrar?»

Cuando saboreas, abordas esta tarea de escribir, y ralentizas. Haces un poco de sitio para esta tarea – no pasas rápidamente a la siguiente. Prestas atención y encuentras aspectos placenteros. Y de hecho, hay aspectos placenteros en toda actividad, si ralentizas y prestas atención. Cuando saboreas, notas cosas, y las aprecias totalmente. Te sumerges en el momento de la acción, y te dejas absorber por el placer de hacerlas.

Así que en lugar de pasar a otra cosa, te enfocas en tu escritura. Notas tus ganas de pasar a otra cosa y de abandonar – pero después de todo estás saboreándolo, así que no puedes pasar a otra cosa. Piensas en otras cosas que necesitas hacer, y las dejas desaparecer igualmente. Saboreas el lugar en el que te encuentras ahora.

Y simplemente no haces otra cosa más que escribir, notas la sensación de tus dedos moviéndose sobre las teclas del teclado, aprecias el goteo de tus pensamientos sobre la pantalla, y prestas atención a tu respiración, a tus hombros, a tu mandíbula, a tus piernas, a tus pies, mientras estás sentado y escribiendo. Sabes que mucha gente no es tan afortunada como tú de poder hacer algo tan lujoso como escribir, y por ello te sientes agradecido en este momento, tan fugaz.

 

Actuar Perfectamente todo el tiempo

Una fuente constante de ansiedad para mucha gente, en esos días en que podemos prácticamente hacerlo todo en todo momento, es: «¿Estoy haciendo lo que hay que hacer, en este momento?» «¿No debería hacer deporte en lugar de esto?» «¿Debería ver qué otras cosas pasan en las redes sociales?» «¿Los demás hacen cosas mejores?» «¿Hay una manera mejor de hacer esto, una herramienta mejor, un método más simpático, un modo más rápido?»
Cuando saboreas, esa ansiedad puede desaparecer. Estás saboreando esta actividad, así que dejas todos los demás pensamientos alejarse, y te sumerges. Le haces sitio, no haces otra cosa, y lo aprecias totalmente. Y por tanto sabes que estás haciendo lo que es perfecto, en ese momento, sea lo que sea, porque nada puede ser tan delicioso que el hecho de saborear ese momento.

 

Comer Conscientemente

Uno de los problemas que hace que mucha gente tenga sobrepeso es que comen demasiado (podrías concluir incluso que es el problema principal). Una de las principales razones por las cuales la gente come demasiado es que comen grandes cantidades de alimento rápidamente. Está rico, por tanto ¡cómelo rápido! ¡Y repite! Lo sé, porque lo hice durante años. Lo hago aún de vez en cuando.

Pero también aprendí, la mayor parte del tiempo, a saborear lo que como. Y cuando haces esto, no te limitas a tragar grandes bocados de golpe, hacer una pausa a cada bocado (no esperas el bocado siguiente nada más empezar a masticar el trozo anterior), sino que le haces sitio, y lo saboreas.

Esto significa que prestas realmente atención al sabor de cada bocado, a su textura, y piensas en el lugar de donde viene, en quién lo preparó, en qué lleva (nada de productos químicos, esperemos!), y en lo que esto le hará tu cuerpo.

Es difícil comer demasiado cuando saboreas cada bocado, y te tomas tu tiempo. De esta manera, puedes también aprender a apreciar alimentos más sanos, como las hortalizas de hoja verde, o las almendras crudas y las nueces, o el tempeh o el tofu. Puedes también comer de manera sana la mayor parte del tiempo, y luego disfrutar de una tarta de cumpleaños sin abusar, porque no necesitarás mucha para saborearla.

 

El Deporte

Me encanta hacer deporte, lo cual no le ocurre a mucha gente. Me gusta el esfuerzo de una sesión bien difícil, el sentimiento agradable que hay al levantar algo pesado, la sensación del suelo que se mueve debajo de mis pies cuando voy a correr un rato.

La mayor parte de la gente teme al ejercicio físico, y así lo dejan de lado. Pero puedes también saborear una sesión de ejercicio. Puedes saborear un buen paseo o una carrera o una vuelta en bici. Haz sitio para una sesión, y manténte totalmente presente mientras la haces, prestando total atención a tu cuerpo que se mueve y trabaja, prestando total atención a tu respiración, a tus pies tocando el suelo, prestando total atención al aire y a los olores y a la vista a tu alrededor.

Saborear el deporte lo convierte en algo mucho más agradable, te motiva, y vuelve perfectos los momentos en los que lo practicas.

 

Vivir en el Presente

Saborea todo lo que haces, todas las experiencias. No hay ningún momento que no puedas saborear – incluso esos instante rutinarios, incluso esos momentos en lo que estás en conflicto con alguien, incluso esos momentos en lo que estás solo sin hacer nada.

Saborear la vida es aprender a vivir en el presente, a apreciar totalmente el regalo que es cada instante, es brindar a cada momento el sitio y atención que merece. Esto demanda práctica, pero es una práctica deliciosa.

 

 

Nota by Sandra Gonzalez

A mi entender existen dos manera de vivir en un mismo mundo, como es este:

  1. – Sufriendo
  2. – Estando presente

La primera opción ya la conoces: un montón de cosas que tienes que hacer y no te apetece, y por tanto que realizas desde el esfuerzo y el sufrimiento.

La segunda opción, saboreando cada instante, sea como sea. Porque cuando estás totalmente presente, y dejas de lado las «pelotudeces» y prisas que te mete tu mente, todo se vuelve fácil y liviano, simplemente estás. Aquí no hay sufrimiento. Simplemente haces. Simplemente estás presente.

 


foto twitter

Soy Sandra Gonzalez, experta en Autoconfianza y Motivación. Te ayudo a alejarte de las preocupaciones y el malestar diario, enseñándote una nueva manera de pensar y actuar.

Mi lema es «deja la lucha y empieza ya a fluir».

Si quieres aprender más sobre cómo sobreponerte a problemas y situaciones difíciles sin sufrimiento, y en definitiva a mejorar ya tu vida, mira aquí lo que tengo preparado para ti 🙂


 

Un abrazo!

Sandra.

Imagen: Fotolia – © mariesacha

 

Deja un comentario

*campos obligatorios Please validate the required fields

*

*

CoachingPro by Sandra González. Bienestar en el trabajo