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Claves para volver al trabajo, con un espíritu Zen.

femme d'affaires et yogaAl inicio del mes de Septiembre se registra el pico más alto de una epidemia que se repite cada año: el estrés post-vacacional. Esta epidemia suele repetirse de nuevo días después de Año Nuevo y también después de Semana Santa. Sus síntomas son: estrés, malhumor, desgana, mas estrés, preocupación, somnolencia, y más desgana. ¿Cómo preparar nuestro «sistema inmune» para evitar ser presa de este Síndrome?

Lo primero que debes saber es que, por lo general, no es la vuelta al trabajo «en si» lo que te estresa, sino los pensamientos asociados al mismo que tienes días antes de reincorporarte, y que te persiguen aún semanas después.

¿Te suena alguno de estos pensamientos?

  • Buuuuf! otra vez a trabajar, contestar el teléfono, atender a clientes, aguantar a mi jefe, elaborar informes, etc.
  • Joooooo! Madrugar otra vez, comer fuera, hacer visitas, tráfico, atascos, colas…
  • Ay, ayayaay! tengo que volver a retomar ese proyecto/conflicto/proceso tan complicado, no sé cómo lo voy a hacer…

Bien, es evidente que con una tonelada de pensamientos de este tipo, tú y cualquier persona humana caerá en un estado de ansiedad, estrés y malhumor. Y digo una «tonelada» porque ¿cuántos pensamientos crees que tienes a lo largo del día? Prueba a contarlos durante 10 minutos y te sorprenderás.

Por tanto, las claves para que este Síndrome Post Vacacional no te afecte son las siguientes:

 

1. Dale un nuevo significado a tu vuelta al trabajo.

Si, tiene una parte negativa dejar de estar de vacaciones: ya no tienes tanto tiempo libre para hacer lo que quieras, ya no puedes levantarte tarde, ya no puedes ir a la playa, ni dormir la siesta, ni salir por las noches. Pero también tiene una parte positiva.

Veamos, ¿para qué trabajas?, ¿de qué te sirve? Lo más habitual es contestar: para ganar dinero.

Muy bien, ya tienes un nuevo significado. Tu vuelta al trabajo te va a permitir seguir ganando más dinero, y con el podrás hacer lo que te apetezca: cubrir tus necesidades básicas, ir a clases de piano, comprar más libros sobre desarrollo personal (jeje!), salir a cenar, …
Y eso no es todo, si eres una mente inquieta como yo, seguro que podrás deducir que trabajas para «algo más» que para ganar dinero: autorealización, estar ocupada, sentirme útil para los demás, desarrollar mis capacidades, superarme, conquistar nuevos retos, promocionar, y un sin fin de cosas más.

¿Qué tal tu desgana, un poco mejor? Darle un nuevo significado a tu vuelta al trabajo, sobretodo si lo haces con conciencia, es el primer paso para no caer en el mal hábito de deprimirte cada vez que regresas de vacaciones.

Re-significa. Tú no trabajas por obligación, trabajas porque quieres todo lo mencionado más arriba. Es decir, prefieres mil veces más estar trabajando, que estar de vacaciones todo el año, o ¿no? 😉

 

2. Sé amable contigo misma. Monitoriza tus pensamientos.

Esto es, cuando te pilles en mitad de un diálogo interno negativo, cámbialo! no dejes que crezca.

Si ya has seguido el primer paso, enhorabuena pero no es suficiente, tu mente es mucho más lista de lo que imaginas. Le encanta el drama, está absolutamente «enganchada» y aunque hayas re-significado tu vuelta al trabajo de manera más positiva, tu mente te seguirá arrastrando automáticamente y sin que te des cuenta a los pensamientos negativos de siempre. Así que tienes que «echarte una mano: manténte más consciente».
Vigila tus pensamientos. No puedes controlarlos, no se trata de evitar pensar negativamente, eso no funciona, créeme. Lo único que debes hacer es «escucharte», observarte. En cuanto te pilles a ti misma en medio de un pensamiento negativo, ¡ríete! Si, si, eso es, ¡ríete! porque acabas de pillar a tu mente en mitad del drama, en medio de esa película que le encanta contarse para poder compadecerse de si misma.

Mi consejo es, tómatelo con humor, no luches contra tus pensamientos negativos. Tu mente no es malvada, es sólo que no sabe hacerlo mejor, así que con calma y sobretodo mucho humor, reconduce tus pensamientos a ese nuevo significado que encontraste en el primer punto. Y ojo! con caer en la típicas conversaciones «de pasillo» en las que tú y tus compañeros os compadecéis de vosotros mismos por haber terminado las vacaciones, no caigas en la trampa!

 

3. Manténte en tu centro, haz las cosas de una en una.

Es común al volver al trabajo, que te estreses al ver todas las tareas que se han acumulado durante tus vacaciones. Y para ayudarte, voy a contarte un secreto:
– Nadie, en su sano juicio, espera que las hagas todas el día que te reincorporas.
Por tanto, ante todo calma, RESPIRA:

  1. Una buena manera de empezar es haciendo un lista resumen de todo lo que tienes pendiente. Hazlo con tranquilidad, cógete una taza de café (o infusión de tila si lo prefieres, jeje!) y simplemente ojea y apunta lo que tienes pendiente.
  2. Una vez hecho esto, numera los ítems de esa lista por orden de prioridad-importancia.
  3. Y simplemente, hazlo! Sigue la lista y haz tus tareas DE UNA EN UNA. Es muy importante que empieces por las que sean imprescindibles de acabar en el día de hoy. De esta manera, aliviarás la presión a medida que avance el día.

Recuerda que durante el proceso, tu mente «enganchada al drama» te asaltará con pensamientos del tipo «Ay, Dios mío! que esto era para ayer!» o «Uuuuuf! no me va a dar tiempo acabar esto hoy!»

  • Tú, ni caso.

 

Ríete de ti misma y recuerda hacer las cosas de una en una, una tras otra. Haciéndolo así, es imposible que no avances en tu tarea de ponerte al día, pues cada hora que pase tendrás algo más hecho, tu mente se acallará debido a tu concentración en lo que estás haciendo, y el día se te pasará volando. Al final del día te habrás convertido en un nuevo espíritu Zen! 🙂

 

¡Erradiquemos el Síndorme Post Vacacional! 😉

 

 

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Un abrazo,
Sandra.

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