fbpx

La vida, un entrenamiento consciente

Nota: este post es una traducción del artículo Life as a Conscious Practice de Léo Babauta. Por tanto, es él quién se expresa como «yo» a continuación.

observar con conciencia

Cuando aprendemos un arte marcial, o ballet, o gimnasia, o fútbol, repetimos conscientemente movimientos de forma deliberada. Gracias a la práctica consciente y repetida, nos volvemos buenos a la hora de hacer esos movimientos.

En nuestras vidas hacemos lo mismo, pero solemos estar menos conscientes de esta práctica.

 

 

Cada día, repetimos movimientos, patrones de pensamiento, maneras de interactuar con otros, etc., y con esta práctica repetida nos hacemos (o ya nos hemos hecho) buenos en estas cosas. Si compruebas constantemente tu Facebook o Twitter, esto es práctica, y con ella estás adquiriendo un hábito, aunque generalmente no lo hagas de manera muy consciente.

Cuando fumas, comes mal, te diriges a otros de forma grosera, o te menosprecias a ti mismo interiormente, estás practicando para ser bueno en ello. Puede que ya seas bueno en esas cosas.

¿Y si en cambio aprendieras, consciente y deliberadamente, a ser más bueno en las cosas en las que realmente quieres serlo? ¿Y si primero, antes de cualquier otra habilidad, aprendieras a ser más consciente de aquello que estás practicando? ¿Y si actuar constantemente de manera consciente fuese la habilidad en la que te has hecho bueno?

Si pudieses aprender a pasar a la acción conscientemente, podrías aprender otras cosas en las cuales si te gustaría ser bueno, en lugar de aquellas que no deseas.

 

¿Qué estás practicando?

Hazte estas preguntas a lo largo del día, para practicar la acción consciente:

  • ¿Quiero practicar el estar apurado por la mañana, o puedo levantarme un poco antes y simplificar mi rutina matinal de manera que pueda practicar un ritual matinal lento y agradable?
  • ¿Quiero practicar el verificar mis buzones de entrada nada más ponerme delante del ordenador, o quiero hacer algo mejor?
  • ¿Quiero practicar el dejar la loza sucia, o puedo practicar el lavar mi taza en cuanto acabo?
  • ¿Quiero practicar el dejar la ropa en el suelo, o los papeles sobre la mesa, o puedo tomarme algunos segundos para guardarlos en su sitio?
  • ¿Quiero hablar de manera agresiva a mis hijos o a mi pareja, o puedo hablarles con amabilidad y compasión?
  • ¿Quiero practicar el quejarme y apiadarme de mi mismo, o puedo practicar la gratitud?
  • ¿Quiero practicar el estar ocupado, o puedo practicar el simplificar e ir más lentamente?
  • ¿Quiero practicar el comer alimentos fritos, dulces, salados, snacks, comida rápida, etc., o puedo practicar el comer alimentos integrales, legumbres, fruta, nueces, judías y cereales?
  • ¿Quiero practicar el visitar sitios web que me harán perder el tiempo, o puedo practicar el suprimir las distracciones y dedicarme a crear?
  • ¿Quiero practicar el ver entretenimientos sin sentido, o puedo practicar el mover mi cuerpo?
  • ¿Quiero practicar el fumar, o puedo aprender una manera más sana de gestionar el estrés?
  • ¿Quiero practicar el ir de compras, o puedo practicar el dar?

Estos son sólo algunos ejemplos… tu vida te mostrará aquello que estás practicando, y podrías decidir qué es aquello en lo que podrías entrenarte en su lugar. O también podrías estar totalmente contento con aquello que practicas.

 

Cómo entrenarse

El primer paso es siempre la conciencia. Cuando eres consciente de lo que haces, puedes decidir si es un patrón de acción o pensamiento que quieres practicar, o si existe alguna otra cosa en la que sería mejor ser bueno.

A lo largo de tu día, practica la conciencia (el estar consciente). Es la primera habilidad, y la más importante. Sé consciente, sin sentimiento de culpabilidad o de ira hacia ti mismo, de lo que haces y de lo que piensas. Te olvidarás de hacerlo, pero recuérdatelo a ti mismo. Podrías llevar una pulsera, o un talisman, o anotarlo en un papel cada vez que te acuerdes.

A medida que vayas mejorando a la hora de actuar conscientemente, empieza a practicar patrones de acción y pensamiento en los cuales quieres ser bueno. Empieza por listar aquellos para los cuales sería mejor que no fueras bueno, y comprueba voluntariamente si puedes practicar otros patrones de acción y pensamiento.

Repitiendo consciente y voluntariamente estas habilidades, te volverás mejor en ellas. Ser bueno en algo te demandará mucha repetición, pero tienes tiempo.

 

Conclusiones importantes

No serás capaz de cambiar todos tus hábitos al mismo tiempo, y no quiero decir que no deberías intentarlo. El hábito que realmente estás cambiando es la conciencia (el estar consciente), y su práctica. Otros hábitos serán difíciles de cambiar, en particular si intentas cambiarlos todos, pero no pasa nada si te plantas. Permítete cometer errores sin culparte, y en su lugar practica, más y más.

Si alguna cosa es demasiado difícil, y no lo consigues por mucho que lo practiques, puedes intentarlo en pequeñas metas. Si no consigues dejar de fumar, trata de no fumar una vez, y en su lugar, libera el estrés caminando, haciendo flexiones, meditando o haciéndote masajes. Si no consigues parar de alimentarte mal, sustituye simplemente un snack por una fruta, o añade legumbres sabrosas a tus comidas.

Me gustaría insistir sobre el hecho de que no es una cuestión de perfección. No hay una manera perfecta de vivir, y no tienes la necesidad de esforzarte en ser perfecto en cada momento del día. Yo creo que ya eres perfecto. Y es simplemente cuestión de actuar con conciencia, que es una habilidad útil a tener.

Recuerda que te conviertes bueno en algo que sueles hacer de modo repetido, y que lo que haces de manera repetitiva puede ser hecho conscientemente. Es precisamente cuando estás consciente que te sientes realmente vivo.

 

«Si quieres que los otros sean felices, practica la compasión.

Si quieres ser feliz, practica la compasión». Dalai Lama

 

 

 Nota by Sandra Gonzalez

La reflexión que me surge al leer este estupendo artículo de Leo, es que la mayor parte del tiempo no somos conscientes de lo inconscientemente que actuamos. Es increíble la cantidad de reacciones negativas, pensamientos compulsivos, estrés acumulado y hábitos insalubres que tenemos, y una barbaridad lo inconscientes que somos del papel, importante y protagonista, que jugamos en todos ellos.

Por ello quiero escribir a menudo en este blog sobre la importancia de que tomes conciencia de tu inconsciencia. Es algo que yo he practicado hace ya bastante tiempo y que sin embargo, todavía me asalta en algunos momentos puntuales. En mi opinión «tomar conciencia» es precisamente eso, un hábito, que debemos practicar periódicamente a fin de ser cada día un poco más conscientes en cada cosa que hacemos y emprendemos.

 

Espero que este artículo de Zen Habits te haya gustado, y estaré encantada de leer tus opiniones al respecto más abajo en «Comentarios».

 

Un abrazo!

Sandra.

Imagen:  Fotolia – © Robert Kneschke

 

2 Comentarios

  1. César Álvaro Author abril 10, 2018 (11:32 am)

    Gracias por tu magnífico blog, Sandra. Me aporta grandes momentos reflexivos y emocionales, lo cual te agradezco enormemente. Y gracias por tu esfuerzo de publicar estos artículos de Zen Habits. ¡Mil gracias!

    Reply to César Álvaro

Deja un comentario

*campos obligatorios Please validate the required fields

*

*

CoachingPro by Sandra González. Bienestar en el trabajo