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Está muy bien conocer técnicas de motivación, descubrir qué es aquello que «te mueve o impulsa». Pero, ¿qué pasa cuando regresas a tu rutina diaria y los problemas en el trabajo invaden de nuevo tu mente? ¿cómo puedes remontar la moral cuando sientes que la negatividad te atrapa de nuevo?

En mi opinión, a estas alturas, sobra decir que una actitud positiva ante la vida es indispensable para sentirse bien y estar motivada. Así mismo, estar sumida en la negatividad, puede tener un impacto muy negativo sobre el tipo de pensamientos que generas, tu rendimiento, tu creatividad y sobretodo en tu bienestar.

Tras varios años desentrañando y aplicando las claves de la motivación, la autoconfianza y la paz interior en mi misma, pude experimentar algo que podría describirse como «la montaña rusa de las emociones», es decir, ya había superado el estar sumida en la negatividad constantemente, sabía cómo activar mi motivación y recuperar la energía tras largos día de bajón, pero aún así, volvía a caer una y otra vez en la negatividad de nuevo. Sucedía sin siquiera darme cuenta, como si volviera a «dormirme» inconscientemente o algo parecido, así que una semana tras otra pasaba de la euforia a la negatividad, de la motivación a las dudas y de la confianza en mi misma al miedo.

Esto me tenía desconcertada porque, en realidad conocía cuáles eran los procesos que me llevaban «al bajón emocional», y sabía cómo redirigir mis pensamientos y mi mente de nuevo hacia el bienestar, pero los efectos duraban muy poco, en unos días, a veces horas, volvía a caer en la desidia nuevamente y podía tardar bastante en recuperarme.

La importancia de Integrar

Con el tiempo descubrí que para mantener la paz interior y una actitud positiva frente a la vida, hacen falta dos ingredientes: el conocimiento y la integración de este conocimimento.

De nada te sirve conocer muchas técnicas de desarrollo personal, si no las integras en tu «modus operandi» habitual. Y es que aprender algo nuevo, demanda adquirir nuevos conocimientos y además también practicarlos, es decir, actuar en consecuencia.

Por ejemplo, si tras realizar un proceso de Coaching o una formación te das cuenta de que lo que te lleva a tener estados de malhumor es la facilidad con la que juzgas negativamente lo que ocurre a tu alrededor, no basta con saberlo, debes actuar en consecuencia, es decir, integrarlo. Tu entrenamiento pasará por estar muy atenta a tus emociones, y en cuanto sientas un poquito de malestar en tu interior, debes interpretarlo como ¡una alarma!, que te indica que debes cambiar tu forma de pensar para no verte de nuevo arrastrada hacia la negatividad mental.

Al principio, esto puede parecerte algo lógico y fácil de lograr, pero créeme cuando te digo que estamos muy dormidos. Desde pequeños, nos han enseñado un montón de cosas, hemos almacenado un sin fin de datos, razonamientos y normas, pero nos hemos olvidado de algo mucho más importante que todo esto: sentir.

Sentirte.

Escucharte. Reconectarte contigo misma, o lo que es lo mismo, tomar conciencia de tus emociones es la clave para frenar la caída en picado hacia tus patrones de pensamiento negativos. Hace tiempo que descubrí que no siempre puedo prever cuando volveré a caer en la negatividad, pero si puedo sentir cuando eso empieza a suceder, y esa es la clave. Una vez tomas conciencia de esa alarma, estarás en condiciones de mantener, de manera fácil y natural, tu motivación, autoconfianza y bienestar cada día.

Mi recomendación es:

1. Practica el prestar mucha atención a tus emociones, a lo que sientes.
2. En cuanto tengas la más mínima sensación de: ira, tristeza, preocupación, depresión, aburrimiento o negatividad. ¡Toma conciencia de ello!
3. Párate un segundo y obsérvate ¿en qué estás pensando que te produce esa sensación?
4. «Cazar» ese pensamiento, es tomar conciencia. Y desde ese estado elige qué otro pensamiento podrías tener en este momento que te lleve a sentirte mejor, más motivada o más confiada.

Practica, practica y practica. Probablemente no lo conseguirás en un día, ni tampoco en un mes o quizás en año. No importa, ¿en qué otra cosa mejor que esto podrías invertir tu atención y energía?

¿Cuánto vale tu bienestar? 🙂

Espero que este post te haya gustado, si te interesa que amplie más información sobre este y otros temas no dudes en inscribirte a mi Newsletter gratuita y recibirás semanalmente consejos y claves para recuperar tu bienestar.

Y si quieres trabajar conmigo para entrenar tu mente hacia nuevos patrones de pensamiento más positivos y conseguir más motivación, autoconfianza y bienestar, mira aqui las soluciones que tengo para ti.

Un abrazo!

Sandra.